GUILLERMO ROMANÍ Jean-Claude Englebert, Eka, el pintor belga afincado desde hace unos años en Formentera, expone en el Ajuntament Vell de Sant Francesc una peculiar colección: un viaje alrededor de la plaza de Sant Francesc. Es un viaje artísico que se inició en 1994, el año en que descubrió la isla y que culmina ahora con las ochenta visiones que presenta del latir cotidiano de este lugar.

Eka confiesa que es «el primer sorprendido por esta exposición», ya que, afirma, no sabía nada de ella hasta hace poco, cuando regresó a Formentera después de haber pasado todo el verano viajando por el mundo. La idea surgió de dos amigos suyos, Sabine y David, «dos personas preocupadas por el arte y que impulsan iniciativas para acercarlo a la gente».

El artista ha señalado que estos dos amigos poseen muchos dibujos suyos. «Cuando vi las obras que estaban comenzando a colgar, inicialmente me sentí como un espectador más, ya que había muchos dibujos que había olvidado por completo», explica.

Tras observar cada dibujo, Eka sonríe y afirma que «detrás de cada dibujo hay una historia», y recuerda todas y cada una de las obras, cómo, cuándo y por qué las hizo. «Si no hay una historia -continúa-, no hay un impulso, no hay dibujo, y cada una de estas piezas es para mí una pequeña historia que, como mínimo, refleja la tensión, el intento de transmitirla». También rememora que cuando quiso retratar el interior de la iglesia se encontró con que cada vez que comenzaba a dibujar empezaban a entrar y a salir turistas y el movimiento de las puertas al abrirse y cerrarse cambiaba la luz en el templo, dificultando la tarea.