En la imagen, un momento de la inauguración de la exposición «Atrapats en ambre», ayer en Can Ventosa. Foto: V.F.

Responsables políticos, representantes de la Fundació «la Caixa» y numerosos curiosos se dieron cita ayer en Can Ventosa para asistir a la inauguración de la exposición «Atrapats en ambre». Organizada por el Museu de la Ciència de la Fundació «la Caixa», esta original muestra, de indudable interés pedagógico, permanecerá abierta al público en la sala polivalente de este centro cultural hasta el 21 de febrero.

«Atrapats en ambre» es el resultado de una expedición de dicho museo a la República Dominicana, con la colaboración del Natural History Museum de Londres y el Museo de Zoología de Sao Paulo (Brasil). Su objetivo es acercar al ciudadano temas de interés científico, utilizando técnicas expositivas innovadoras que permiten al visitante participar activamente mediante experimentos en directo que le permite desarrollar sus dotes de observación y la capacidad de desarrollar diferentes fenómenos científicos.

La muestra recoge un total de 100 fósiles de insectos que equivalen a 100 historias científicas particulares alrededor del ámbar como aglutinante y protagonista particular. Historias que pueden comenzar así: Hace 40 millones de años una simple mosca quedó atrapada en la resina de alguna planta en un paisaje típico de la isla La Española (hoy República Dominicana). Esa misma mosca representa una gran fuente de información para la ciencia gracias a haberse conservado en el interior de la resina, convertida tras su fosilización en ámbar.

Esta particular sustancia fósil es el resultado de la solidificación de la resina que algunas plantas utilizan como mecanismo de defensa contra las agresiones de insectos y hongos. La existencia de piezas de ámbar que contienen diversos tipos de insectos, ácaros y hasta reptiles es conocida desde la antigüedad. El poeta latino Marcial expresó en un versos la extrañeza que le provocó contemplar tan curioso fenómeno: «La abeja brilla preservada en ámbar, como si estuviese presa en su propio néctar.