Danza, teatro y música se fundieron ayer en el escenario de Can Ventosa en un espectáculo inusual. Foto: K.T.

Conocido por espectáculos anteriores el buen hacer de Studium Aureum, los aficionados de la isla respondieron ayer con creces al estreno de su nuevo trabajo, «Sunt Lacrimae», que ayer se presentó en Can Ventosa. Así, la sala polivalente del centro cultural resultó pequeña para acoger a los interesados en acceder a ella, que en esta ocasión vio reducida su capacidad por el espacio ocupado por la orquesta.

La vistosidad de la puesta en escena y el equilibrio en la interacción entre las distintas disciplinas que se dieron cita en el espectáculo llamaron gratamente la atención del público. Así, las voces solistas, el coro femenino, la danza y la orquesta, todos bajo la dirección de Carles Ponseti, se fusionaron con notable profesionalidad para que brillará con fuerza el principal protagonista del magno concierto: la música de Georg Friedrich Häendel, a través de una selección de fragmentos de sus óperas, cantatas y duetos.

El denominador común argumental en dicha selección fue el sentimiento, reflejado a través de la mujer. Deseos, pasiones, emociones sutiles o desgarradoras aparecieron bien moduladas de las voces de Anabella Marcos (soprano), Anja Metzger (soprano) y Marisa Roca (mezzosoprano). Las tres ataviadas para reflejar tres tipos diferentes de mujer: una joven hippy, una ama de casa y una ejecutiva. En este sentido, «Sunt Lacrimae» se distancia notablemente de los espectáculos barrocos que Studium Aureum ha realizado hasta la fecha. La razón, como explicó Carles Ponseti a este periódico, es «que el mundo de los sentimientos es atemporal, porque en lo esencial no ha variado en toda la historia de la humanidad; por eso hemos querido dar una visión más abierta que otras veces».

Por su parte, el grupo Ciutat Dansa (Mar López, Mabel Ribas y Silvia Riutort) dieron a la música de Häendel el contrapunto plástico para visualizar las emociones que expresaban los textos. El coro y la orquesta, con algunos instrumentos historicistas, completaron el protocolo de un espectáculo realmente original y meritorio. La dirección escénica y el vestuario que lucieron ayer los integrantes de Studium Aureum fueron obra de Rafel Lladó, titular en estas funciones dentro del grupo.