Anna Lizarán y Jesús Castejón, ayer, a su llegada a Eivissa. Foto: PEP TUR

La obra «Esperando a Godot», que se estrena esta noche en Eivissa a partir de las 21'30 horas en Can Ventosa, se encuentra en la recta final de su triunfal carrera por los escenarios españoles. Tras una única función en la isla, este montaje tan sólo deberá cumplir con cuatro compromisos más para dar por concluido su periplo tras lograr un gran éxito de crítica y público, que ha cristalizado en el reciente premio Max a las artes escénicas como mejor actriz a la protagonista de este montaje de Samuel Beckett, Anna Lizarán. Precisamente, Lizarán y el actor Jesús Castejón presentaron ayer en Eivissa esta pieza, de la que aseguran sin ambajes que se trata «de uno de los mejores textos teatrales que existen».

«Cuando estoy sobre el escenario no me acuerdo del Max», afirmó Lizarán, para quien el mejor reconocimiento a un actor «es el aplauso del público». «Aunque si llega algún premio a nivel nacional está muy bien», añadió. El cansancio se reflejaba en los rostros de los dos actores, quienes horas antes se encontraban en Albacete tras una de las funciones de la gira.

Lizarán es la única persona que queda del reparto catalán de esta pieza, dirigida por Lluís Pascual también en su versión en castellano. Para Castejón es la segunda colaboración con el director. «Trabajé con él en una obra basada en una pieza de Lorca que duraba veinte minutos y que él convirtió en un espectáculo trepidante de hora y media», recordó el actor, quien próximamente dirigirá una zarzuela y participará en una película de Javier Bardem. Estos dos proyectos, más su papel en «Esperando a Godot», le llegan al actor tras una «crisis» en la que llegó a plantearse la utilidad de dedicarse a la escena en nuestro país. «La llamada de Lluís Pascual llegó en un buen momento para mí», afirmó.

La veterana actriz catalana relató sus experiencias en este montaje, tras cien representaciones en catalán y un cambio de idioma para el que sólo se dispuso de un mes de ensayos. «Sufrí mucho al cambiar el texto, iba como perdida, pero Lluís Pascual tenía muy claro lo que quería hacer», dijo.