«Vengo tan poco a Eivissa que me gustaría que ésta fuera una noche especial». Con estas palabras saludaba el cantante Lluís Llach al público que decidió asistir a su concierto el pasado sábado por la noche.

Llach se presentó ante las cerca de 700 personas con un grupo integrado por cinco músicos a cuya cabeza se encontraba Tato de la Torre, «una máquina de hacer música», según señaló el cantante. De este modo, el piano de Llach estuvo acompañado por el sonido de violonchelo, violín, guitarra, acordeón y percusiones. El sonido ofrecido por el conjunto fue de una calidad notable a lo largo de los noventa minutos que duró la actuación.

La canción «Petit país» abrió un concierto en el que, para sorpresa de algunos, no estuvo «L'estaca». Sobre esta canción, Llach explicó que durante mucho tiempo se ha pensado que era la canción que más le prohibieron durante el régimen franquista y quiso desmentirlo asegurando que ese 'honor' lo merece «On vas amb les banderes i avions».

Llach criticó la televisión y el militarismo con dureza durante el concierto. De la primera dijo que es «la culpable de la cretinización general que vivimos» y, posteriormente, se catalogó como «un nacionalista de izquierdas» y abogó por no relacionar nacionalismo y terrorismo.

De su último disco cantó temas como «Jo hi som si tu vols ser-hi» y habló de su relación con el poeta Miquel Martí i Pol, cuyo poema «Dònam la ma» musicó.

Finalmente, el público asistente ofreció en pie una gran ovación a Lluís Llach y solicitó el pertinente bis. El cantante volvió al escenario para interpretar dos temas más.