Café Quijano, un grupo exitoso. Foto: M.A.CAÑELLAS/Y.A.

La lucha contra el cáncer se merece todo. Por eso, y con motivo de recoger fondos para luchar contra esta terrible enfermedad, se reunió a tres grupos nacionales de primera fila como son La Unión, Café Quijano y Revólver, en el Poliesportiu Sant Ferran, un recinto idóneo para este tipo de eventos, en el corazón de Palma. Pero algo se torció. Las puertas del festival, que en un primer momento deberían haberse abierto a las 21.30 horas, no lo hicieron hasta una hora más tarde por causas ajenas a la organización. El retraso de uno de los grupos a la hora de ensayar provocó un negativo efecto dominó en el horario previsto.

Esto causó indignación entre algunos de los asistentes y un cansancio más o menos general contra el que tuvieron que luchar los músicos con sus mejores armas, es decir, las más conocidas de sus melodías. Los primeros en subirse al escenario fueron los integrantes de La Unión. Consiguieron hacer recordar al público que era fin de semana y había que divertirse. De esta manera, los asistentes terminaron coreando las inolvidables «Ella es un volcán», «Maracaibo», «Falso amor» o «Lobo Hombre en París». Dejaron un buen sabor de boca.

Más o menos a continuación los hermanos Quijano tomaron el relevo para darle un buen repaso a su nuevo álbum «La taberna de Buda», uno de los éxitos discográficos de la temporada. Acompañados por una impresionante sección de viento, en la que destacó el trombón del cubano Julio Montalbo, demostraron que van cogiendo experiencia en directo pero, aún así, siguen sonando mejor en disco. Sobre todo «La Lola».

La versión «festivalera» de la archiconocida canción de Café Quijano, se hizo larga pero miles de voces acompañaron con pasión a Manuel Quijano. Al finalizar el tema estrella de la velada, la gente aplaudió con entusiasmo pero apenas se escuchó un «¡otra!» que provocara algún bis por parte de los leoneses. Así las cosas los asistentes resistentes se acomodaron sobre la espectacular y mullida moqueta que cubría el césped artificial del complejo deportivo para esperar a un Carlos Goñi que siempre es una garantía. Y a pesar de que comenzó a las 3 de la mañana, se disfrutó.