Cristian Enrico Sciubba, guitarrista y compositor, fusiona la música clásica con el jazz, flamenco y funky. Foto: V. FENOLLOSA

Músico vocacional desde niño, Cristian Enrico Sciubba (Roma, 1972) ha hecho de la interpretación y composición con guitarra española su medio de vida y su pasión creativa. Con un amplio bagaje profesional a sus espaldas, en el que ha fusionado estilos como la música clásica, el jazz, el flamenco y el funky, hace algo más de dos años que se ha instalado en la isla, concretamente en Sant Joan, donde vive con su mujer y su hijo pequeño. Su presentación como concertista clásico tendrá lugar el próximo día 17 en Santa Eulària, con un programa ecléctico, que incluye desde música medieval a composiciones propias, pasando por Purcell, Bach, Schuman, Gluck, Villalobos y Baden Powell.

El pasado verano estuvo tocando en varios lugares de la isla, incluso en alguna discoteca, con su hermana Sabina (cantante) y un primo suyo batería. «Me siento tanto intérprete como compositor, depende del tiempo. Con la tranquilidad del invierno prefiero componer, tengo bastante facilidad para ello; pero también trabajo bastante como músico de estudio, pues me llaman de varios países para tocar la guitarra española por sesiones, que es como me gano principalmente la vida, además de dar algunas clases». «Me gustaría tocar más en la isla, donde hay muy buenos músicos que no acaban de encontrar apoyo para poder vivir de su trabajo», explicó.

Su presencia en la isla se debe a una casualidad con resultado imprevisto. «Fue un historia más bien extraña. Un chico, Carlos Dudek, había heredado tres casas de su padre en Cala Tarida, con la condición de que se hiciera en ella una fundación cultural o algo así, porque tenía deudas con el ayuntamiento y sólo así le serían perdonadas». «Entonces vine para apuntarme al proyecto, digamos, pero al final no sé muy bien qué pasó, una historia casi mafiosa; lo cierto es que la cosa no cuajó; pero como ya estaba aquí, con las cosas de la mudanza y mi mujer embarazada, decidí quedarme a probar», precisó Sciubba, quien, después de todo se siente agradecido de esa fatalidad feliz.

«Aquí me siento a gusto, tengo tranquilidad para componer y no está lejos de los lugares en los que más toco; por ejemplo en Alemania y Francia, donde tengo ya conciertos para todo el próximo verano». De momento, está ilusionado con el disco que sacará este mes (la mayoría de los temas de composición propia), «un trabajo de fusión, pero de escucha fácil», apuntó, y con el proyecto de otro «de composiciones mías solo para guitarra».

Trayectoria de un músico de dirección múltiple
Cristian Enrico Sciubba comenzó sus estudios de guitarra clásica a los 8 años y cuatro después dio sus primeros conciertos. En 1991 se traslada a Sevilla, donde estudia cinco años guitarra flamenca con maestros como Bruno Pedro, Antonio Bonilla y Carlos Heredia. En 1992 graba su primer disco («El Sciub») en Alemania, país de origen de su madre. Más adelante introduce en su música elementos de jazz y junto con su hermana y otros músicos forma el grupo «Spof!», con el que graba un disco y actúa con éxito por toda Europa. Después de haber vivido en Italia, Francia y Alemania, Cristian Sciubba se instaló hace dos años y medio en Eivissa, donde está empezando a echar raíces desde su residencia en Sant Joan, donde vive en compañía de su esposa y su hijo pequeño.