Adrià Collado durante una de las escenas de «El sueño de Ibiza». Foto: MARGA FERRER.

Cesc Mulet y Pep Nadal, socios fundadores de La Periférica, productora cinematográfica palmesana, presentaron ayer en Palma la cinta «El sueño de Ibiza», ópera prima de Igor Fioravanti y para la que han ejercido como productores asociados junto a Maestranza Films. La presentación en Palma del largometraje ha coincidido con el inicio del Festival Internacional de Cine de Berlín, certamen en el que la película figura seleccionada en la sección Panorama.

Tanto Mulet como Nadal manifestaron ayer su satisfacción por el hecho de que esta producción sea una de las tres películas españolas seleccionadas para Panorama por la Berlinale. Según los productores, le hecho de que un certamen tan prestigioso seleccione la película «supone que te inviten a unos treinta o cuarenta festivales más». «Estamos muy satisfechos por la promoción que supone», añadieron.

El coste de «El sueño de Ibiza», que será estrenada en Eivissa durante el mes de marzo y en el resto de España en abril, ha sido finalmente de 1.800.000 euros. Según Nadal, la cinta de Igor Fioravanti, protagonizada por Adrià Collado, Paco Marín y Adriana Domínguez, «tiene muchos elementos autobiográficos de su director y guionista» y relata la relación de amistad de tres jóvenes que se conocen desde pequeños que, al llegar a la treintena, se plantean hacia dónde encauzar sus respectivas vidas.

A juicio de los productores, «lo que más destaca de la producción es que se ha hecho con un lenguaje nuevo», fruto, en gran parte, de la trayectoria profesional de Fioravanti, que ha trabajado como director de publicidad «en algunos de los anuncios españoles más originales» y ha elaborado diversos cortos. Para Nadal y Mulet, otro de los alicientes del film, que también ha utilizado localizaciones en Cuba, es la banda sonora, obra de José Padilla, y su fotografía, supervisada por Miguel Leal y que transporta al público, al parecer de los responsables de La Periférica, a algunos de los pasajes más bellos de la isla.

«Para nosotros es un orgullo haber trabajado con Antonio Pérez, responsable de Maestranza Films, porque se trata de uno de los mejores productores de España y del mundo, seun publicó la revista norteamericana 'Variety'», apuntó Mulet. «Él tenía ganas de que participáramos en el largometraje, casi nos obliga», bromeó. La pareja de productores cree que uno de los máximos atractivos de la película «ha sido que la han hecho empresas de la periferia, no de los centros de producción, que están en Madrid y Barcelona. No es fácil hacer cine desde las provincias y en Balears no hay una política que impulse proyectos», relataron.

Tom Tykwer abre la Berlinale con un tributo a Kieslowski
El alemán Tom Tykwer abrió hoy la Berlinale con «Heaven», un cuento romántico con esencias de Krzystof Kieslowski, fotografía mística y ritmo exasperantemente lento, que supo a poco para la inauguración de un Festival Internacional en el que algunos pronostican una victoria del cine local. El amor como fuerza superior a cualquier cosa -incluida la culpabilidad de una guapa terrorista que mata a cuatro inocentes- es el tema del film con que se inició la carrera de las 23 candidatas a llevarse los premios de esta LII Berlinale. La elección de Tykwer se inscribe en la apuesta a favor del cine alemán actual del nuevo director del festival, Dieter Kosslick, que ha incluido la mayor representación germana a concurso -nada menos que cuatro filmes- de los últimos doce años. Tykwer se ha arriesgado y ha pasado del ritmo trepidante de «Corre, Lola, corre», su película revelación, a este viaje místico por los paisajes italianos. La prensa internacional acogió «Heaven» con simpatía, como valorando la valentía de Tykwer en su elección del fallecido director polaco para su primera película con un guión ajeno. Pero, pese a «jugar en casa» y presentarse apuntalado por la actriz Cate Blanchett, su simpático protagonista masculino -Giovanni Ribisi- y Anthony Minghella (director de «El paciente inglés»), el pase de «Heaven» dejó la sensación de que los esfuerzos de Kosslick por favorecer a la industria nacional no cuadran para una apertura internacional de un certamen del nivel del berlinés.