«Wifredo Lam. La aventura de la creación» es el título de la conferencia que pronunció ayer en la Sala de Cultura de «Sa Nostra» de Eivissa Roberto Cobas, comisario de la exposición «L'ull del tigre», en la que se recogen quince años de producción de dibujos del pintor cubano.

Cobas, quien considera a Lam -fallecido en el año 1982- como un «gran globalizador cultural», es también curador de las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, institución a la que pertenecen los fondos expuestos en Eivissa.

Wifredo Lam fue un auténtico nómada artístico, según explica el propio Cobas, y se desplazó por el mundo casi por obligación, puesto que tras instalarse en España la Guerra Civil le llevó a trasladarse a París, de dónde tuvo que salir de regreso a Cuba debido a la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi de Francia. Todos estos avatares permitieron a Lam ir adquiriendo la técnica que posteriormente desarrolló en Cuba y que dio forma a su discurso pictórico.