Parecía que los efectos de los atentados del 11 de septiembre, o el euro frenasen las compras y las visitas de coleccionistas extranjeros, «afortunadamente, no ha sido así» y Arco clausuró ayer su XXI edición con estabilidad en sus ventas pero con tendencia al alza y con un 13 por ciento más de visitantes. Así lo pusieron de manifiesto el presidente de Ifema, Fermín Lucas, y la directora de Arco, Rosina Gómez Baeza, quienes acudieron ayer, ante los medios de comunicación para hacer un balance de la feria.

Para la directora de Arco, se han conseguido los objetivos, pese a ser este año «una feria muy difícil». «Además de comprobar que la crisis no ha llegado al mundo del arte, como se especulaba; también se ha comprobado que le mercado español ha adquirido su madurez», aclaró Gómez Baeza. «Aquí existe un mercado de coleccionistas pequeños y medianos -continuó la directora-, pero este año también se han incorporado instituciones públicas que han comprado y apoyado este certamen y, además, se han presentado seis museos que se han abierto o están para abrirse en España». Instituciones, ayuntamientos, comunidades y otras tantas entidades públicas que han hecho sus compras en Arco y ayudan a fomentar el coleccionismo.

Pero una idea que persiste y que a su directora le quita el sueño, es seguir apoyando la visita de coleccionistas extranjeros. «A pesar de que este año se ha aumentado el número de coleccionistas, todavía queda mucho por hacer, y además, -recalca- aunque el 60 por ciento de las galerías presentes en Arco son extranjeras». El comisario del país invitado este año, Australia, Paul Greenaway, manifestó también su «enorme satisfacción» participar en Arco, por haber cumplido todos los objetivos marcados y por despojar de tópicos a su país. «Ya no sólo somos el país de los canguros», apuntó con ironía.