Spiderman, el hombre araña, regresa de nuevo. Sus aventuras, sus inicios, su biografía, su vida y obra se recorren en «Spiderman: Bajo la máscara», un libro publicado por la editorial mallorquina Dolmen que se puso a la venta el viernes, el mismo día que se estrena la película. El filme se centra en los inicios del superhéroe: cómo nació, cómo empezó a desarrollar sus poderes y su primer rival, Green Goblin. El libro, por su parte, recorre la historia del personaje, desde sus inicios hasta hoy.

Cuarenta años resumidos en 320 páginas con más de 600 ilustraciones, tanto portadas como páginas donde se muestra lo explicado en el texto. «Aportamos un material nunca antes publicado», comentó Julián Clemente, autor del libro. Anécdotas, curiosidades y datos. «Spiderman: Bajo la máscara» incluye «un glosario de personajes con una pequeña biografía de cada uno de ellos» y un listado donde se recogen «todos los cómics publicados en su versión española». El resto se dedica al héroe. «Spiderman, a diferencia de otros personajes de cómic, es alguien corriente». Un chico de 16 años que «no liga, empollón y que no congenia con sus compañeros». «Cualquier persona puede identificarse con él».

En la película, el protagonista, Tobey Maguire, se ajusta a ese rol. Peter Parker es un chico corriente hasta que le pica una araña. A partir de ese momento, todo cambia. Sus músculos crecen, se convierte en alguien más atractivo y desarrolla superpoderes. Enamorado de Mary Jane, Kirsten Dunst, no será hasta que se vista de hombre araña que ella le corresponda. El villano, Willem Dafoe, se interpondrá con sus poderes logrados tras estallarle una fórmula química en la cara.

La parte final del libro se dedica íntegramente a la película, una película que contó con un presupuesto de 157 millones de euros. En Estados Unidos, el primer fin de semana de proyección supuso la recuperación de la casi totalidad de lo invertido con ingresos del orden de 128 millones de euros, convirtiéndose en el filme más taquillero de todos los tiempos en el primer fin de semana. Dirigida por Sam Raimi, la historia pasó por diferentes manos hasta que pudo llevarse a cabo. El principal problema consistió en los derechos del filme, repartidos entre varias productoras. Al final, los juzgados decidieron que Sony realizara el proyecto.