Los asistentes al funeral por Fajarnés Cardona dan el pésame a la familia, ayer la iglesia de Santa Cruz.Fotos: M. TORRES

El calor de las cuatro de la tarde se hizo notar con fuerza ayer en el interior de la iglesia de Santa Cruz durante el funeral de cuerpo presente de Enrique Fajarnés Cardona, fallecido a las seis de la mañana del martes 22. La familia del escritor presidió la sencilla ceremonia, oficiada por el párroco del templo, Joan Riera. Previamente, la capilla ardiente del autor de «Lo que Ibiza me inspiró» fue instalada en Pompas Fúnebres Ibiza, donde numerosos amigos y ciudadanos en general pasaron para presentarle sus respetos a «un ibicenco de una especie en vías de extinción», según comentó a este periódico Marià Serra, presidente del Institut d'Estudis Eivissencs (IEE).

Al acto asistieron representantes de la vida cultural de la isla, como los escritores Josep Marí, Jean Serra, Antonio Colinas, Nito Verdera, Alejandro Villangómez, Adolfo Villalonga, Bartolomé Escandell o Marisol Roig-Francolí. Numerosos amigos y ciudadanos en general, así como una notable representación política: el alcalde en funciones del Ayuntamiento de Eivissa, Santiago Pizarro; la concejala de Cultura, Lurdes Costa; el concejal de Policía y Tránsito, Leopold Llombart, y el concejal de Urbanisme, Vicent Torres. El alcalde de Sant Joan, Antoni Marí 'Carraca'. El conseller de Patrimoni, Joan Marí Tur; la consellera de Cultura, Carolina Torres; la directora insular de Cultura, Catalina Sureda, y la portavoz de Cultura del Pacte en el Consell, Fanny Tur.

En su homilía, Joan Riera destacó la calidad humana de Enrique Fajarnés Cardona: «Un hombre bueno, honesto, sencillo que no buscaba honores públicos sino expresar la riqueza de su mundo interior, tanto en poesía como en prosa». Señalando que con su muerte «Eivissa y Formentera se han quedado más pobres». «Hacen falta personas como él para captar la realidad que les rodea y saber expresarla con belleza y justicia», apuntó el oficiante, quien cerró su plática afirmando que «su muerte deja un vacío que nadie podrá llenar».

En el exterior de la iglesia, y antes de que la comitiva se dirigiese al viejo cementerio de ses Figueretes, donde Enrique Fajarnés Cardona fue enterrado en el panteón familiar, Catalina Sureda señaló a este periódico que «es una gran pérdida; tanto a nivel humano, pues era una persona muy querida en su isla, como desde el punto de vista de las letras, pues se alguien que tenía a Eivissa en su corazón y lo sabía reflejar muy bien en sus libros». Por su parte, Marià Serra recordó que «don Enrique era un hombre que huía de personalismos y de todos los campos de batallas que tenemos hoy en día, tan lamentables». Reconoció que había «sentido mucho su pérdida», y aseguró que «era un autor fundamental en el memorialismo del siglo XX en Eivissa». Haciendo un paralelismo con Joan Marí Cardona y Marià Villangómez, el presidente del IEE lamentó que «personas como ellas estén en vías de extinción ante el folklorismo esperpéntico y la pobreza cultural actual de la isla. Falta un auténtico ibicenquismo, como el que representaban estos tres señores, por cuyo ejemplo y recuerdo merece la pena esforzarnos en ser mejores», concluyó.