JULIO HERRANZ «Tengo una idea muy positiva de Eivissa. Para mí es uno de esos lugares míticos y mágicos de los que tienes una imagen casi más idílica que real. Será una oportunidad para conocerla mejor, pues sólo he estado una vez en la isla». Con estas palabras, Amalia Iglesias (Menaza, Palencia, 1962), resumió ayer a este periódico la ilusión que le hace la lectura que ofrecerá mañana (20'00 horas) en la sala de cultura de Sa Nostra, dentro del ciclo Poesia de Paper, que organiza la entidad en colaboración con la UIB. La segunda entrega de la cuota pitiusa para este año será Julia Ochoa, el 22 de noviembre.

Iglesias leerá poemas de dos libros inéditos, Tótem espantapájaros y La sed del río. Pero antes hará «un recorrido cronológico» de su obra, «para que se pueda ver la evolución de los veinte años que llevó en esto». Desde que en 1984 ganó el Premio Adonais con Un lugar para el fuego.

Con una reconocida trayectoria, que incluye varios libros y su inclusión en destacadas antologías, Amalia Iglesias no es partidaria de clasificaciones. «Prefiero no tener etiquetas, la poesía de verdad no las necesita. Durante los últimos años en este país se han puesto demasiadas etiquetas a demasiada gente. Sobre todo ha habido una línea poética que a fuerza de la etiqueta ha tratado de imponerse sobre las demás», explicó la poetisa, añadiendo: «La gran riqueza de la poesía actual es su pluralidad de estilos, de poéticas y de fuerzas poéticas».

Sin conocer a ningún poeta de Eivissa, se siente próxima a una voz lírica muy relacionada con la isla: «Tenía mucho contacto con Antonio Colinas, que vivió ahí muchos años y ha escrito mucho sobre la isla. Me tenía bastante informada», precisó Amalia Iglesias, quien también realiza una notable actividad de gestión cultural: jefa de redacción de la Revista de Libros, y coordinadora de la página de poesía Uni-versos en el suplemento cultural de ABC.