Lourdes Fernández, directora de Arco, presentó ayer la feria a los profesionales.

AGENCIAS La calidad es uno de los retos que ha adquirido Arco en su 27ª edición, una cita «extraordinaria», en opinión de su directora, Lourdes Fernández, en la que la feria estrena nuevos espacios y nueva distribución en Ifema. En un breve acto que contó con la presencia de numerosos medios de comunicación de diferentes países, Lourdes Fernández, acompañada del presidente del Comité Ejecutivo de Ifema, Luis Eduardo Cortés, presentó la feria, con Brasil como país invitado que abrió ayer sus puertas a profesionales y coleccionistas. Las visitas al público, a 36 euros la entrada, serán desde el viernes al domingo.

A la expectación que cada año despierta la feria, este año se ha unido el estreno de su ubicación en los pabellones 12 y 14 de Ifema, este último, con dos plantas, lo que ha provocado confusiones entre los primeros visitantes, que han sido muy numerosos y han hecho prever el éxito del certamen. Otra de las novedades de Arco'08 es la incorporación de performances. En los ánimos de los galeristas también está que el éxito llegue a las ventas y, así parece que va a ser por las ventas de la primera jornada.

Francis Bacon vuelve a ser el autor de una de las obras más cotizadas, con los 23'2 millones de euros que pide la Galería Marlborough por Man at Washbasin. En tres millones de euros está valorada la obra de Picasso Retrato de mujer en un sillón, en la galería barcelonesa Oriol, mientras que la galería suiza Karsten Greve pide por Concetto Spaziale 1962, de Lucio Fontana, dos millones de euros.

Frente a estos precios, se pueden encontrar obras que parten, incluso, de los 25 euros, que es lo que cuesta la pieza vaciada en yeso de Benjamín Torres titulada Contenido Neto, 2006, en el espacio de La Caja negra, y '1900+2000' ofrece dibujos a color del francés Ben a 700 euros.

Los galeristas consultados están convencidos de que la crisis económica no afectará a las ventas, pues el mercado del arte ya no es especulativo. Incluso, como indico Helga de Alvear, «es un buen momento para comprar, ya que en general el arte no está caro». «Yo soy coleccionista y, aunque en esta ocasión no tenía pensado comprar, nada más abrir la feria he adquirido cuatro obras», afirmó la galerista.

Otro de los aspectos que ha gustado a profesionales y coleccionistas es que ya no existe una diferenciación tan radical como antes entre las galerías con arte más actual y las históricas, antes separadas en pabellones diferentes. Ahora, la distribución es más homogénea y en ella no se da protagonismo especial a ninguna galería. En un primer pulso a la feria, otra de las ideas que se puede sacar es que, frente a la fotografía, que ya ha consolidado su puesto junto a la pintura o la escultura, el vídeo no aparece como una de las ofertas importantes. «Es muy difícil introducir el vídeo a los clientes», comentó Efraín Bernal, director de La Fábrica Galería, quien consideró que «la fotografía es el soporte que más se ha consolidado en esta década. Hay mucha oferta y realmente original».

Las propuestas vistas, en general, son menos arriesgadas que en otras ediciones, quizá porque, ante la incertidumbre del mercado, los galeristas han optado por apuestas más seguras, fáciles de vender. En este ámbito de venta rápida, aunque a priori no lo pareciera, se encuentra la escultura casi a tamaño real Fidel zombi, obra de Eugenio Merino que representa al presidente cubano como recién surgido de los muertos, con los ojos que se le salen de las órbitas, vestido con una andrajosa camiseta de fútbol de Cuba. La obra fue vendida por la galería T20 de Murcia nada más abrir la feria.