Portada del libro.

Sa Punta des Molí acogerá a las 20,30 horas de este viernes 29 la inauguración de una exposición de Hormigo y la presentación del libro Antonio Hormigo. Matèria i Esperit. Una escultura passional i tel·lúrica, de Miguel Àngel González; publicado en la editorial Mediterrània con la colaboración del Ayuntamiento de Sant Antoni. El acto se inscribe en el programa de las fiestas de verano del municipio.

Ilustrado con abundante material gráfico, el libro «intenta dar una visión abierta y tan completa como ha sido posible del personaje y de su obra, subrayando su autodidactismo, la particularidades plásticas del artista, su radical mediterraneidad, su amor a la tierra y la relevancia que supone que toda su obra la haya hecho en Eivissa, concretamente en Sant Antoni de Portmany, donde hasta ahora no había precedentes en materia de escultura», apunta la contraportada del volumen, añadiendo: «El libro rehusa el archivo de datos y el catálogo de esculturas. Más bien, trata del mundo espiritual y creativo del artista, destacando su lucha por expresar sus visiones y experiencias, así como, sobre todo, de la importancia que para él tiene el entorno y el patrimonio cultural isleño del cual se nutre su obra. Un libro que, por otra parte, no se presenta como un texto aislado, sino como un elemento de continuidad y como una modesta aportación a todo lo que puedan decir nuevos trabajos, ayudándonos a descubrir y destacar el extraordinario legado del escultor».

El autor del trabajo, Miguel Àngel González (Illana, Guadalajara, 1945) está vinculado a Eivissa desde niño. Residente en Barcelona, colabora en la prensa local con artículos de recuerdos y evocaciones de la isla. Ha publicado Memoria de la isla (1998) y Ferrer Guasch. Alquimia de la luz y elogio de la sombra (2004).

Sobre la obra del protagonista de su segundo ensayo artístico, González apunta: «En la escultura de Hormigo está todo el panteísmo del Mediterráneo, una emoción muy sentida, generosamente expresada y saturada de un realismo idealizado que, bajo los olivos, hace dioses de los hombres y de las mujeres hace diosas. Hormigo trabaja con una intensidad y una potencia expresiva que infunde una verdadera palpitación a la materia, que parece que respira».