Hasta el próximo 9 de octubre la sala de cultura de Sa Nostra acogerá la exposición Hipnotopía, de Max, inaugurada ayer, que reúne una selección de sus últimos diez años de creación, tanto de su faceta de autor de cómic como de ilustrador de prensa, libros y carteles del primer Premio Nacional del Cómic y Premio Nacional de Ilustración Infantil y Juvenil.

Preguntado si ya se siente reconocido por su trabajo, Max apuntó a este periódico: «El reconocimiento suele combinarse con la vanidad, que en el artista parece que no tiene fin. Pero me siento muy satisfecho del reconocimiento que tengo en mi país; mucho menor fuera de España, porque he publicado menos. Digamos que en el extranjero mi prestigio es mayor a nivel de los entendidos de la propia profesión, mientras que aquí soy también popular entre los aficionados», precisó el artista.

La muestra está acompañada por un amplio catálogo, publicado por Inrevés edicions, con la colaboración de Sa Nostra y Cajasol, en la que el reconocido crítico Alberto Manguel hace un análisis del trabajo del dibujante catalán: «Lo escrito y lo pictórico no se hallan, en la obra de Max, en campos opuestos. Juntos forman ese lugar que niega, y también requiere, la vigilia. El punto de partida de la obra de Max es el sueño: desde allí emprende sus viajes a través de la palabra y el trazo».