Romà Gubern presentó ayer el ciclo en Multicines Eivissa. Foto: IRENE G. RUIZ.

JULIO HERRANZ

Multicines Eivissa acogió ayer la primera entrega del ciclo Obras mestres del cinema negre, organizado por la Obra Social de Sa Nostra, que cada martes (hasta el 10 de marzo) proyectará ocho largometrajes clásicos del género. Romà Gubern (Barcelona, 1934), catedrático emérito de Comunicación Audiovisual, reconocido crítico y cineasta, fue el encargado de presentar la primera entrega del ciclo, Laura, de Otto Preminger. A la que seguirán Perdición, de Billy Wilder; Forajidos, de Robert Siodmak; Sed de mal, de Orson Welles; Los sobornados, de Fritz Lang; La jungla de asfalto, de John Huston; Al rojo vivo, de Raoul Walsh; y El sueño eterno, de John Huston. Películas que se proyectarán en 35 mm, con dos pases cada martes, a las 20,15 y a las 22,30 horas. El precio de la entrada será de 4 euros; y de 2,50 para los clientes de Sa Nostra.

Gubern señaló a este periódico que «el cine negro americano me gusta muchísimo; porque en una época como la del Mcarthismo en la que no se podía criticar a la sociedad, se atrevía a hablar de la codicia, la ambición; era un cine pesimista que mostraba las lacras y pasiones destructivas de la sociedad. Un cine, por cierto, que es hijo de la gran depresión, porque la novela negra de la que parte nace con ella; y está muy vivo, pues ahora estamos en lo mismo que entonces».

Preguntado si, con las ventajas que suponen la televisión, el dvd o internet, un ciclo así tendrá tirón para llevar a la gente al cine, Romà Gubern fue bien explícito: «Las películas elegidas por la gente de Sa Nostra son obras maestras del género. A los cinéfilos les tiene que interesar, seguro; y a los que no lo son y les importa un pito Fritz Lang, Willy Wilder u Orson Welles, por citar tres autores representados en el ciclo, pues peor para ellos». Añadiendo: «El cine ha cambiado mucho, sí, pero en el fondo lo que cuentan están películas sigue de actualidad, porque nos habla de las pasiones destructivas, como lo hacía Shakespeare, siguiendo una tradición bien sólida».

El reconocido experto aseguró que hoy día «sigue haciéndose cine negro en Europa y en España; porque lo último de David Linch o lo que hace Díaz Llanes es cine negro. Pero su época dorada se considera la que va de 1941, fecha del estreno de El halcón maltés, a 1958, cuando Orson Welles rueda Sed de mal», precisó.