El solar de sa Capelleta fue adquirido recientemente por el Consell.

C. ROIG

El centro de interpretación de los restos arqueológicos romanos, púnicos e islámicos de sa Capelleta se pondrá en funcionamiento durante el año 2010. El Consell aprobó ayer el proyecto básico y de ejecución del edificio que albergará estos restos, que está subvencionado con fondos europeos.

Según explicó la consellera de Política Patrimonial, Marga Torres, el edificio será una estructura metálico, vidrio y madera, que permitirá apreciar los hallazgos desde arriba con un paseo a través de una pasarela. Además, se dotará de vitrinas y paneles en los que se expliquen los restos y su origen. En la parte de abajo no entrará la luz para evitar problemas de erosión y el crecimiento de hierba. El centro estará dotado de accesos para personas con minusvalías físicas.

El proyecto se someterá ahora a un periodo de exposición pública, con lo que las obras podrían comenzar en el último trimestre de este año, con una duración de alrededor de tres meses. «Estará terminado a principios de 2010, aunque luego habrá que acabar la museización, pero esperamos que durante ese año se pueda abrir al público», explicó Torres.

El solar donde se encontraron estos hallazgos y donde se levantará el edificio está en la calle de sa Capelleta número 12 y su presupuesto de construcción es de 281.176 euros. Posteriormente se llevará a cabo la museización de este espacio, que tendrá un coste de unos 170.000 euros. El coste total será de 450.000 euros, de los cuales el 50 por ciento estará financiado con fondos Feder de la Unión Europea, el 25 por ciento por el Govern balear y el 25 por ciento restante por el Consell d'Eivissa.

En las excavaciones llevadas a cabo en este solar desde 2002 se han encontrado restos arqueológicos y estructuras que pertenecen a tres períodos muy bien diferenciados: época púnica, romana e islámica. Este espacio, según el Consell, servirá de transición entre Dalt Vila y el yacimiento de Puig des Molins, declarados Patrimonio de la Humanidad.

En el solar se puede apreciar un santuario púnico con un gran número de estructuras. Por un lado están las estancias, que datan del siglo IV antes de Cristo. También se han documentado estructuras diversas, como tres cubetas a diferentes alturas y una especie de estancia similar a un gran silo (sitja), aunque con una funcionalidad diferente. Todos los materiales exhumados indican que era un edificio dedicado a actividades culturales, por la gran cantidad de terracotas y cerámicas de importación y seguramente relacionado con la necrópolis. Es un yacimiento de características muy singulares que no tiene repetición en la isla. De hecho, la comunidad científica lo considera un gran éxito y valora su importancia, según explicaron ayer desde el Consell.

De la época romana se han excavado 17 tumbas repartidas por todo el solar. Algunas tienen piezas destacables, como piezas de vidrio enteras. También destacan entierros infantiles con brazaletes y anillos. De la época islámica se ha puesto al descubierto parte de una calle, donde se pueden apreciar dos fosas sépticas, letrinas y canalización de aguas. Además, se ha excavado parte de un patio y un fogón que podría haber pertenecido a una cocina.

Entre los vestigios de época islámica destacan bloques de marès recortados ante las puertas de entrada a las casas. Se piensa que decoraban y enmarcaban las entradas. Estas acumulaciones de bloques reflejan una «destrucción violenta» de los edificios y la rápida saturación de la calle, que escondió estas piezas de un posterior y más que probable expolio. De los edificios se conservan los zócalos, hechos con piedra y fango. También destaca la gran compartimentación de edificios, con distribución interior compleja.