Francesca Piñón, Anna Lizaran y Xaro Campo, elenco de 'El Ball', ayer en Can Ventosa.

El centro cultural de Can Ventosa acogerá a las 21,30 horas de hoy sábado la representación de El Ball, de Irene Némirovsky, una producción del Teatre Nacional de Catalunya (TNC) dirigida por Sergi Belbel, responsable asimismo de la versión y la dramaturgia. «La hemos hecho dos meses en Barcelona con mucho éxito; el mismo que hemos tenido el mes que ha estado en Madrid. Haremos sólo cinco salidas porque el montaje requiere unas condiciones que no tienen muchos teatros», apuntó ayer en Eivissa Anna Lizaran, una de las protagonistas, junto a Xaro Campos y Francesca Piñón, de este montaje entre teatro y danza con coreografía de Sol Picó.
Como «anécdota tierna», Lizaran contó que la semana pasada presentaron El Ball en Perpignan y vino la hija de la autora, asesinada en Auschwitz en 1942. «Es una señora de unos 80 años, extraordinaria y vitalista. Se emocionó mucho y nos dijo que en París estaban preparando una ópera de la novela, pues es muy sugerente y tiene muchas posibilidades para trabajar con ella».

Desde dentro
El Ball es un duelo escénico en el París de entreguerras entre una madre represora y su hija adolescente. «Una historia de amor-odio; como un combate entre madre e hija, con un tercer personaje (el de Xesca) que hace tres papeles. La interpretación no es muy realista pero se sigue muy bien», señaló Lizaran, añadiendo: «Se trata de un montaje especial que se hizo como un experimento, pero se entiende muy bien y está teniendo un éxito comercial realmente inesperado».
Preguntada si la obra había tenido ya algún premio, la reconocida actriz catalana ironizó: «Todavía no, pero vendrán muchos; sobre todo por la escenografía y el baile; aunque de interpretación, vete a saber, porque estamos todas muy bien. Y formamos una piña compacta en la hora y 20 minutos que dura la obra, pues si falla alguna de las tres, la cosa ya no funciona».
Por su parte, Xaro Campos, que ha trabajado su papel con la coreógrafa de la obra, Sol Picó, aseguró que «el acercamiento a nivel interpretativo ha sido muy interesante. Yo vengo de un trabajo de danza contemporánea en el que trabajas mucho la danza teatro, lo que me ha ayudado bastante a entrar mejor en el mundo imaginario de la niña».
En cuanto a Francesca Piñón, apuntó que hace «tres personajes muy diferentes: el de la profesora de piano de la niña, el de la prima de la madre (con cambios de vestuario muy rápidos) y el del padre; pero éste no se ve, pues es una voz en off», matizó.