El Café del Soto, en Eivissa, acogerá desde hoy jueves hasta el próximo 7 de julio una exposición de fotografías manipuladas digitalmente de Holger E. Dunckel, pertenecientes a su serie Panorama Girls, presentada el pasado verano en la torre de televisión de Scherin (Alemania). El mismo lugar en el que actualmente cuelgan varios montajes fotográficos que realizó en colaboración con el malogrado Tauste. Además, el polifacético artista alemán residente en Eivissa, director del Centre Cultural de Sant Joan, presenta en este espacio próximo al parque Reina Sofía varias fotografías transparentes pegadas en las ventanas y un montaje de una serie que expondrá en julio en Sant Josep.

Según apuntó ayer a este periódico Dunckel, el objetivo que busca al presentar sus trabajos fotográficos en distintos escenarios de la isla «es investigar en qué posición se encuentra el arte actual en el contexto del turismo cultural de Eivissa». Intentando responder a varias preguntas que le rondan en la cabeza desde finales de los años 80: «Como se puede tener una identidad corporativa de la isla con la diversidad de ofertas que hay? ¿Cuáles son las expresiones compatibles con la recepción estética de los turistas que nos visitan? ¿Cómo nos puede beneficiar una solución recíproca entre el arte y el turismo, para contextualizar más ambos fenómenos con las corrientes internacionales», plantea.

Y el propio Holger E. Dunckel ofrece la siguiente respuesta a algunas de sus preocupaciones estéticas y sociales concernientes a la vida cultural en general y artística en particular, asunto que le preocupa desde hace tiempo: «En Eivissa, después de una tarde de relax en la playa, el turista cultural puede disfrutar de un refresco en un ambiente agradable; no sólo por la música de la isla, tan famosa en todo el mundo, sino por sus entornos artísticos. Aunque para los cada año más escasos visitantes de la tercera edad se debe cultivar otro tipo de oferta. Así, para las inauguraciones de este tipo también podría ser recomendable organizarlas al medio día, como hizo el artista suizo residente en la isla Jean Willi la última Navidad con la exposición que presentó en el Espacio Micus. Por lo tanto, planteo otra pregunta: ¿Podría la crisis obligarnos a adaptar nuestra oferta artística a las exigencias internacionales del momento?»