Miguel Àngel Roig-Francolí y su esposa Jennifer, de vacaciones en Eivissa. | EVA GOMEZ

El Festival Internacional de Burgos acogerá este sábado el preestreno de la sonata para violín y piano Canciones del infinito, de Miguel Àngel Roig-Francolí, que se estrenará el 24 de octubre en el Carnegie Hall de Nueva York. «La presentamos antes en Burgos porque se da la casualidad de que el pianista que la interpretará, Adam Kent, es uno de los directores del festival y me lo pidió», apuntó el compositor ibicenco, catedrático en la Universidad de Cincinatti (EE UU), quien, como cada verano, está de vacaciones en la isla con sus hijos y su esposa Jennifer, a quien está dedicada. «Es una obra grande, de cinco movimientos y de casi 20 minutos de duración. Además, el programa incluirá otra obra mía para piano, Suite Apócrifa, del 78, uno de mis primeros trabajos, pero perfectamente vigente», precisó el musicólogo.

Por otra parte, el próximo 10 de septiembre el histórico estudio de Merce Cunningham de la Gran Manzana acogerá la presentación del ballet Wu Xing, del coreógrafo chino residente en Estados Unidos Qi Jang; sobre sus Cinco piezas para orquesta (1980), estrenado el pasado diciembre en Cincinatti. «Es una obra que me encargó Radio Nacional de España y que ganó un premio de la Unesco y el Premio Nacional de Juventudes Musicales. La han tocado ya media docena de orquestas, entre ellas la de Radio Nacional, dirigida por Jesús López Cobos (en 2002), y el Ballet Nacional de España con la Orquesta Sinfónica de Madrid. Y el 25 de noviembre la tocará la Orquestra Simfònica de Balears en el Auditorium de Palma», explicó Roig-Francolí, quien, «por el momento», no tiene nada previsto para presentar en su isla natal.

Faceta pedagógica

Junto a sus labores de catedrático en la Universidad de Cincinatti, Miguel Àngel Roig-Francolí realiza una notable labor pedagógica recogida en varios libros. Es el caso de Harmony Context, su primer volumen didáctico y empleado en los estudios de varias universidades norteamericanas. «Uno de los grandes proyectos en los que he estado trabajando este año ha sido acabar la segunda edición de Harmony Context, que me ha llevado tres años de trabajo. Es un libro de texto de casi mil páginas, y una segunda edición significa una revisión total, porque es cuando tienes en cuenta todas las cosas que no han gustado al mercado en la primera edición», señaló el músico ibicenco, quien también ha estado ocupado «unos meses de este año» en la sonata Canciones del infinito, que preestrena en Burgos.

Y después de la vorágine laboral en Cincinatti, la recompensa de la calma en la casa que tiene al norte de la isla. «Tras estar con la lengua fuera, ahora descanso seis semanas en Eivissa sin hacer absolutamente nada, salvo leer novelas y bañarme en la playa», apuntó Roig-Francolí. Con algún que otro placer añadido, como el de escuchar a su esposa ensayar bajo un algarrobo la sonata en cuestión, «con absoluta precisión y una musicalidad increíble».

Por su parte, Jennifer Roig-Francolí se mostró entusiasta del regalo que para ella significa la sonata para violín y piano Canciones del infinito, escrita especialmente para ella por su marido. «Me hace mucha ilusión tocar la sonata. Soy la primera que lo hace, así que tengo total libertad como intérprete, sin tener que tener en cuenta ninguna referencia anterior, lo que es todo un desafío. Me gusta pensar que cuando alguien la interprete después tendrá la referencia de cómo lo he hecho yo», valoró con indudable orgullo la violinista norteamericana.

Entre las labores de Jennifer Roig-Francolí, figura la de profesora de Técnica Alexander en la Universidad de Cincinatti, un singular método de enseñanza del que ofreció un cursillo en Eivissa en las Navidades de 2008, cuando fue en Can Ventosa la solista de la Misa Pro Pace de su marido y tocó otra obra suya dedicada a ella. «Además, tengo un estudio en casa y un dúo, Adastra, de instrumentos originales, con violín barroco y teclados históricos, clavecín o forte piano. No me falta trabajo, desde luego», precisó la violinista.

Acerca del dúo Adastra, Jennifer formuló un deseo: «Tengo el sueño de que mi marido me escriba una pieza para clavecín y violín barroco». A lo que Miguel Àngel respondió: «Se me hace muy cuesta arriba, porque son dos instrumentos que están asociados al sonido del barroco. Y porque no me he puesto, pero cuando me venga la inspiración, seguro que lo haré», aseguró el compositor ibicenco.