Viviana Pozzebón presentó su primer disco en solitario en Eivissa. | UH

«La isla nos ha sorprendido gratamente. Tiene mucha fama de lugar nocturno y de mucha electrónica, pero es muy variado y con unas playas preciosas». Con estas palabras resumió la polifacética música argentina Viviana Pozzebón a este periódico su impresión sobre Eivissa, donde ha recalado para presentar su primer disco en solitario, Tamboorbeat. Fue el pasado lunes en Las Dalias, dentro de la serie de conciertos que presenta semanalmente la rockera argentina Marian Pellegrino con su grupo Fenix Project. «Estuvo muy bien. Había mucho público y de todas las edades, por el mercadillo. Se armó una buena vibración; nos gustó mucho la calidad de escucha de la gente; que bailó, estuvo muy atenta y compró el disco. Una buena presentación en la isla que nos deja muchas ganas de volver; por supuesto», añadió.

Con una trayectoria profesional de casi dos décadas, Pozzebón resumió en grandes trazos sus pasos más destacados: «Soy de Córdoba, integré distintos grupos; el más importante, De Boca en Boca, un cuarteto vocal femenino con música de tradición oral folklórica de todo el mundo. Sólo con voces (muchos juegos vocales y guturales) y percusión. Duró 12 años y tuvimos mucha proyección internacional. Llegamos a colaborar con Rubén Blades en su disco Mundo, que mereció un Grammy latino; y compartimos escenario con artistas de prestigio como Mercedes Sosa, Cecilia Torres, Lila Downs o Susana Baca, entre otros», relató de un tirón la artista.

Latino y electrónico

Sobre Tamboorbeat, editado el pasado año en el sello argentino Acoua Records, Viviana Pozzebón explicó que es un propuesta con la que intenta «seguir un poco con el trabajo que hacia en De Boca en Boca, pero tirando más hacia lo latino fusionado con la electrónica; un elemento más actual que lo hace más abarcativo. Así, en mis conciertos van desde niños hasta gente mayor, porque hay tradición, sonidos nuevos, muchos instrumentos de percusión, pues soy percusionista y cantante; además, también toco el cuatro venezolano», apuntó.

El disco incluye 15 canciones. «Algunas son originales, y otras versiones con algunos elementos míos y de los colaboradores que han participado en el proyecto», precisó la artista, añadiendo: «Suelo trabajar con un DJ en vivo, pero aquí estuve sola con la banda local de Marian Pellegrino», precisó, añadiendo: «Ya la conocía como colega. Tuvo en Córdoba un grupo muy exitoso. Nos recibió con los brazos abiertos y ha sido muy buena anfitriona. Creo que está haciendo un gran trabajo acá en la isla con los conciertos que monta cada lunes, por segundo verano consecutivo. Tiene mucha energía y es una artista muy completa. Es muy joven y le queda cuerda para rato. Así que si ella sigue estando acá, supongo que seguiremos viniendo; nos gustaría mucho».

En la tarjeta de presentación de Tamboorbeat da estas pistas sobre su contenido: «Mantra latino, actual y múltiple. Pleno de montañas, recuerdos del barrio, penas de amor, caricias, acequias, besos, mañanas, flores, agua del río y agua del Mar. Tamboorbeat es una célula rítmica, un lugar común de groove, baile, comunión y celebración; la misma esencia que impulsa un acto tribal, desde la fuerza del compás tradicional hasta la potencia del pulso urbano, desde los sonidos más rústicos, hechos con voces o palmas, hasta los más electrónicos».