El actor estadounidense Tony Curtis (Bronx, 1925), uno de los últimos grandes representantes del periodo clásico de Hollywood, falleció ayer en Las Vegas a los 85 años de un ataque al corazón. El intérprete, que sedujo a Marilyn Monroe y a la industria del cine en Con faldas y a lo loco , frecuentó Eivissa y Mallorca en los veranos de los noventa. Por Galilea paseó del brazo a su segunda esposa, Christine Kaufmann, a quien conoció rodando Taras Bulba y con la que tuvo dos hijos. La actriz, después de separarse de Curtis, no rompió sus lazos con la Isla y mantuvo una residencia en Palma, según contó a Ultima Hora en varias entrevistas.

Con la muerte de Tony Curtis, la 'meca', el 'Olimpo' del cine despide al gángster, al amante, al cómico y al mujeriego que aseguró que más de mil mujeres se habían rendido a sus encantos, incluida la diva Marilyn Monroe. No lo consiguió con los académicos de Hollywood, que no le dieron el Oscar, aunque sí logró alguna nominación.

Filmografía

El intérprete, cuyo nombre real era Bernard Schwartz, debutó en 1948 en un brevísimo papel en El abrazo de la muerte . Desde 1949, trabajó en más de 140 películas, entre las que destacan Chantaje en Broadway (1957), Espartaco (1960) y Fugitivos (1958). En el filme Con faldas y a lo loco , de Billy Wilder, una de las comedias más celebradas de todos los tiempos, Curtis interpretó a Joe, un músico que tuvo la mala suerte de ser testigo de un asesinato y que, al igual que su compañero Jerry, se disfrazó de mujer para huir de la mafia.

La vida del atractivo moreno de sonrisa pícara estuvo plagada de películas de baja categoría y de problemas con la cocaína y el alcohol. El actor estuvo casado seis veces. Ayer su hija, la también actriz Jamie Lee Curtis, dijo: «Mi padre deja tras de sí un legado de grandes logros en películas y en sus pinturas y colecciones». Y es que el actor, perdido el sueño de lograr la estatuilla, se dedicó a la pintura, aunque siempre amó al cine, «me sigue gustando, porque es mi vida. Estoy hecho de celuloide».