Aspecto exterior del reformado Can Curt de Sant Agustí, inaugurado ayer.

El alcalde de Sant Josep, José Marí Ribas, acompañado por la directora insular de la Administración del Estado, Sofía Hernanz, y la concejala de Cultura de Sant Josep, Maria Ribas, inauguró ayer las reformas del centro sociocultural de Can Curt, en Sant Agustí. El proyecto, financiado con los Fondos de Inversión Local y realizado por el arquitecto ibicenco Salvador Roig, ha tenido un coste de 460.000 euros.

El nuevo Can Curt, con casi 540 m2 de superficie construida, seguirá albergando, además de la cafetería, la asociación de vecinos, la de mayores, al grupo folclórico del pueblo y al Centre Cultural Es Vedrà. Contando asimismo con un jardín con árboles frutales y una sala de exposiciones en lo que fueran los corrales de la casa.

Una casa payesa

Can Curt es un buen ejemplo de la tradicional casa payesa de la isla. Sus propietarios la vendieron en los 80, siendo sometida a una renovación que supuso un notable cambio en su configuración original. Más tarde la compró el Ayuntamiento de Sant Josep, que en 2000 realizó una serie de reformas para convertirla en un casal de güelus, proyecto realizado por Pere Pons.

El conjunto de Can Curt está dominado por el BIC (Bien de Interés Cultural) de una torre de defensa cilíndrica de paramento de espina de pez, probablemente del siglo XVI, cuyos muros están realizados en mampostería ordinaria tomada con mortero de cal y arena de considerable grosor; torre a la cual se accede desde la propia casa.

Adosado a este conjunto se halla el antiguo casament de Can Berri, cuya familia rivalizó hacia 1791 con la de Can Curt para poder contener dentro de su propiedad la iglesia parroquial de Sant Agustí que por entonces se proyectaba construir. Finalmente, el obispo Eustaquio Azara eligió el emplazamiento actual del templo, ordenando que su fachada principal se orientase hacia el norte, para así mirar hacia ambas casas antagonistas, contraviniendo la costumbre de enfocar las iglesias hacia el sur.