Enrique Morente, en la contraportada del disco de la bailaora suiza Nina Corti (1985).

Desolado aún por la pérdida irreparable del maestro, el recuerdo se me fue el lunes a la (que yo sepa) única vez que Enrique Morente actúo en Eivissa. Fue en el verano del 85, y aunque mi memoria es bastante frágil, no se me ha olvidado la circunstancia humillante de que un cantaor de su categoría estuviera en el cuadro flamenco de una bailaora suiza (¡!), Nina Corti, que actuó como telonera de Opus, un grupo de moda entonces por una canción pesadita hasta el abuso llamada Life is life.

Sí, increíble pero cierto. Y tengo el disco del delito: Flamenco Inspiration, que nos dieron a los periodistas. Ahí fue donde me quedé atónito al ver que -además de Morente- también figuraban en el cuadro flamenco de la suiza otro cantaor de mérito, Ramón el Portugués, y un guitarrista de campanillas, Luis Pastor. Disco «gravado» (está escrito con 'v' en la contraportada) en Zurich que incluye una sevillana (Busco el quererte) con letra y música del malogrado maestro y unas Seguiriyas también con letra suya.

Por aquel entonces, desde luego, el flamenco no gozaba del reconocimiento que -felizmente- tiene en la actualidad; incluso era más apreciado fuera de España que dentro; y no sólo en Japón. Pero hasta en esta isla, algunos ya sabíamos quién era quién en este arte; por lo que me pareció vergonzoso que tan grandes artistas tuvieran que hacer de comparsa de una bailaora que por estos pagos flamencos no la conocía ni su padre. Y por si la memoria me fallaba he buscado en Google el nombre de Nina Corti y vienen sólo referencias de aquella época y aquel disco.

Por supuesto, la razón de tal despropósito era bien simple, y así me lo reconoció en el back stage el propio Morente: había que buscarse las habichuelas como fuera, pues, salvo Camarón y Paco de Lucía, los artistas flamencos las pasaban más bien estrechas para salir adelante.

El resto de la memoria de aquella extraña velada en el hipódromo de Sant Rafel me es confuso; pero aunque hayan pasado 25 años, no olvidaré la rabia que me dio que el dinero suizo se permitiera el lujo de comprarse un cuadro flamenco de lujo para el lucimiento de Flamenco Inspiration de Nina Corti.

Pobre Enrique; ahora que al fin el flamenco es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, va la puta vida y te hace esta faena inconsolable. Si al menos estuvieras junto a Camarón. Ojalá.