Raelle Tucker en una imagen de su álbum personal.

Nacida en Nuevo México, Raelle Tucker llegó a Eivissa con siete años tras haber vivido en medio mundo. México, Londres, Grecia y una comunidad hippie en las montañas de Hollywood fueron su hogar en los primeros años de su vida. Finalmente se estableció en Eivissa junto a su familia por decisión de su madre. «Ella se enamoró de la isla en los años 70 y como Ronald Reagan acababa de ser elegido presidente se lo tomó como una señal para mudarnos a Europa», rememora. Ahora es una prestigiosa guionista que trabaja en una de las series más premiadas de la televisión estadounidense True Blood (Sangre Fresca) que emite Canal +.

-Viene de un entorno familiar muy creativo, ¿cómo fue su infancia en la isla?
-Sí, mis padres eran muy creativos y creo que decidieron que mi hermana y yo creciéramos en Eivissa porque intentaban darnos la infancia que ellos hubieran deseado tener. Teníamos libertad total para correr descalzas por el campo durante días, dormir en la playa si queríamos.... La escuela quizás no era una prioridad en aquella época y ahora me hubiera gustado que eso fuera distinto. Le debo a Eivissa mucho de mi éxito.

-¿Cómo influyó Eivissa en su desarrollo como artista?
-Creé una compañía de teatro y comencé a escribir, a dirigir, a producir y a protagonizar mis propias obras de teatro cuando tenía catorce años. Los ibicencos me apoyaron muchísimo. Cientos de personas venían a ver esas obras de teatro y me apoyaban. Ese reconocimiento me dio la confianza para descubrir mundo y perseguir mi sueño.

-¿Cuándo se marchó? ¿Cual fue la razón principal?
-Me mudé a Los Angeles cuando tenía diecisiete años. Hubo muchas razones, pero mi mayor motivación fue la ambición. Mis obras funcionaban en el teatro de Las Dalias pero me di cuenta de que no podía ir más allá. Tenía grandes sueños, como escribir guiones de cine y televisión, que en aquel momento parecía un cuento de hadas porque acababa de dejar el instituto y no conocía a nadie en Hollywood.

-¿Tantas ganas tenía de dejar la isla?
-Sabía que no podía quedarme allí. Veía lo que le pasaba a muchos adolescentes en aquella época: estaban colocados 24 horas al día, querían hacer algo con su vida pero no sabían por donde empezar. Tenían pocos estudios y poquísimas oportunidades. Estaban arropados por un lugar precioso y seguro. Les aterraba la idea de tener que sobrevivir fuera de allí. Yo también estaba asustada.

-¿Los inicios fueron fáciles?
-Los tres primeros años en Los Angeles fueron una pesadilla pero lo que me hizo tirar para adelante -y probablemente una de las razones por las que sobreviví y logré tener éxito- es que volver sin haber triunfado no era una opción.

-¿Siempre tuvo claro que quería escribir?
-Sí, siempre quise ser escritora. Empecé a escribir poesía con cinco años en servilletas, en la pared, en los zapatos... Escribía en cualquier sitio en el que podía. Escribí una novela de 120 páginas cuando tenía diez años sobre Brooke Shields, Marilyn Monroe, Madonna y Tina Turner atrapadas en una isla desierta. Probablemente ese fue mi mejor trabajo.

-¿Cual fue su primer trabajo como escritora profesional?
-Mi primer sueldo lo conseguí con una obra de teatro que co-escribí titulada Will strip for food (Me desnudo por comida). Uno de los personajes está basado en mi propia experiencia como stripper, que es como me mantenía mientras luchaba por hacerme un hueco como guionista. La obra triunfó en Los Angeles, salió de gira a Irlanda -donde fracasó estrepitosamente- y tras eso me centré en el cine y la televisión.

-¿Qué vino después?
-Presenté un guión al concurso de guiones para televisión de la cadena HBO llamado Project Greenlight, que producían Matt Damon y Ben Affelck. No gané pero llegué al Top 3. Se presentaron 11.000 candidatos. A raíz de ese concurso conseguí un representante. El representante concertó algunas reuniones y de las reuniones salió un trabajo en una serie de detectives privados llamada Eyes. Se canceló tras cuatro episodios.

-Su primer trabajo registrado en las bases de datos de internet corresponde a un cortometraje titulado The clay man (El hombre de arcilla) que escribió y dirigió. ¿Qué ha pasado entre ese trabajo y la serie en la que trabaja actualmente?
-Tuve la suerte de recibir una beca del taller de dirección para mujeres del American Film Institute. The clay man era un cuento de hadas moderno sobre una veinteañera deprimida que fabrica con arcilla al hombre de sus sueños para destruirlo posteriormente. Se proyectó en un par de festivales pero jamás ganó nada. El actor que elegí como protagonista acabó siendo el amor de mi vida -nos casamos el pasado septiembre-. Aparte de un marido aprendí que no necesito dirigir. Es demasiado duro, requiere demasiada visceralidad. Hacer esa película me reafirmó en que escribir es lo único en lo que soy genial. Así que decidí centrarme en eso.

-También ha trabajado en Supernatural (Sobrenatural) una serie que causó auténtico furor en Estados Unidos. ¿Siempre le gustó el género fantástico o llegó a él por accidente?
-'Caí' en el género de manera fortuita cuando conseguí el trabajo en Supernatural. El creador de la serie era un auténtico freak de los comics y las películas de terror. La mitad del tiempo no sabía de qué hablaba, ¡parecía que me hablaba en chino! En Eivissa no teníamos televisión y mi acceso a los libros fue bastante limitado, así que tuve que hacer una gran labor de investigación y con el tiempo aprendí a amar y respetar la ciencia ficción.

-¿Cree que la ciencia ficción puede servir como pretexto para tratar temas 'serios'?
-Desde luego. Es un género que nos permite ver nuestras vidas desde un punto de vista fantástico, que permite iluminar nuestros caminos sin sermones. Por ejemplo, en True Blood (Sangre Fresca), los vampiros y otros personajes sobrenaturales se pueden considerar una metáfora para la raza, la sexualidad o la religión, etc. Temas que la mayoría blanca conservadora de Estados Unidos teme. Jugamos con esos miedos, hablamos de ellos, los hacemos visibles de una manera mucho más digerible para la audiencia.

-Ha trabajado en la serie desde el principio como guionista y productora, ¿cual de las dos facetas disfruta más?
-Una de las razones por las que adoro la televisión y por la que espero seguir el resto de mi carrera en ella es porque el guionista es el rey. Lo normal aquí es que los guionistas produzcan sus propios episodios, los manejen a su aire, contraten y despidan a los directores y básicamente les den vida a sus historias de principio a fin. Así que escribir y producir están inexorablemente unidos en la televisión. No sería feliz si no hiciera ambas cosas.

-¿Tiene una rutina de trabajo diaria?
-A veces me paso el día escribiendo en casa en albornoz. Otros días tengo diez reuniones seguidas en las que discuto cómo quemar a seis personajes a la vez o si los vampiros deberían tener los colmillos puestos durante el acto sexual. Si estamos rodando puedo estar enmedio del campo a las cuatro de la mañana observando como cientos de extras bailan desnudos alrededor de una hogera -algo a lo que me acostumbré en Eivissa en las fiestas de luna llena-. También puedo estar en un glamouroso salón de baile o en un escenario gigante lleno de lobos de verdad. Nunca me aburro.

-La serie está basada en una saga literaria, ¿eso le permite ser creativa en su trabajo?
-Como guionista respeto mucho los libros en los que se basa la serie. Sin ellos yo no estaría aquí. Intentamos captar su esencia teniendo en cuenta que se trata de medios distintos. Los cambios son necesarios. Así que no, las novelas nunca me han dificultado el trabajo. Para mí son una inspiración más que un mapa al que hay que ceñirse.

-True Blood (Sangre fresca) está localizada en Louisiana (EE UU), ¿cree que la serie funcionaría igual de bien si ocurriera en Eivissa?
-¡Me encanta la idea! La serie sería completamente diferente, por supuesto. El tono de la serie y los personajes están muy arraigados en el sur de Estados Unidos. Si ocurriera en Eivissa, Sookie no hubiera seguido virgen a los veinticinco años, por ejemplo. Jason, su hermano, sería camarero en Pacha o algo así. No sería una sorpresa que los vampiros aparecieran en Eivissa teniendo en cuenta la clase de personajes únicos y salvajes que pueblan la isla. Pero no... quizás no sería una buena idea.

-Actualmente está trabajando en la cuarta temporada de la serie, ¿qué novedades puede avanzarnos?
-Ya estamos rodando el tercer episodio de la cuarta temporada, que va de brujas. Es más sangrienta, sexy y alocada que nunca. Eso es todo lo que puedo contarte sin perder mi trabajo.

-¿Volverá pronto a Eivissa?
-Mi madre, mi padrastro, mi hermana, mi sobrina y mis amigos de la infancia viven allí, así que seguro que los visitaré pronto. Eivissa siempre será mi hogar.

-¿Qué les diría a los jóvenes de la isla que tienen un sueño por cumplir?
-Les diría que da igual de donde vengas, lo raro o diferente que creas que eres. No importa lo que sepas o lo que no sepas, lo en desventaja que creas estar... hay algo para lo que tienes talento. No tienes que conocer a nadie, ni siquiera saberlo todo. No tienes que ser ni el más guapo ni pisar a nadie para llegar a donde quieres. Si tienes un sueño la clave está en trabajar duro cada día para conseguirlo. Es así de simple y yo soy un ejemplo.