La expo de los alumnos del taller de pintura y dibujo que organiza anualmente la artista Teresa Matilla, presenta hasta el próximo día de Sant Jordi y en la Sala d'Exposicions de l'Ajuntament Vell, una sugerente muestra en la que se puede apreciar que desde los que empiezan a terne edad hasta los adultos que se acercan a las artes pictóricas, hay mucha predisposición, maneras y en algunos casos parece hasta que apuntan más arriba con unas obras que, si son fruto de su trabajo y no han sido demasiado 'dirigidas' por la profesora, son sumamente imaginativas, están logradas y son gratas de contemplar.
Formatos, técnicas, materiales y estilos son sumamente variados, como los colores, los trazos y la temática plasmada, pero sí es cierto que en comparación con ediciones anteriores, la calidad va subiendo y hay lenguajes, temáticas o tratamientos que atraen de inmediato al visitante.
Soles, coches, cangrejos y velas, un perro labrador que parece pedir al observador que le saque del cuadro porque se aburre de estar ahí quieto, marinas que invitan a darse un chapuzón, caras de niños subyugantes, muchos casas, árboles y animales, lagartijas, conejos y caballos, pero al mismo tiempo hay paisajes, nocturnos y otras composiciones, urbanas o bodegones, folklóricas o cotidianas que obligan a tomarse el tiempo para contemplarlos uno a uno hasta llegar al cuadro que junto al perro labrador, preside enfáticamente la sala, es el L'home del senalló pero no el auténtico sino el impostor el que se hace pasar por el que no es y gracias a eso, mucho teatro encima, hasta disfruta de un espacio en las ondas hertzianas. Un gran trabajo que aunque no está firmado se supone está realizado por un pariente muy cercano.