Paul Caiola, en una imagen promocional, acudió al Festival de Cine Gay y Lésbico para presentar su cortometraje.

El actor Paul Caiola (Clinton Hollow-Nueva York, 1980) participó la semana pasada en la presentación nacional de Bedfellows, que competirá mañana por alzarse con el premio al mejor cortometraje en la gala de clausura de la octava edición del Festival del Mar. El intérprete comenzó su carrera con tan sólo seis años y, a pesar de que la mayor parte se ha desarrollado sobre las tablas de numerosos teatros de Nueva York y alrededores, su experiencia en cortometrajes le ha valido numerosos elogios. «Mucha gente me transmitió lo mucho que le había gustado el cortometraje», explicó Caiola tras su paso por el festival ibicenco.

-Su carrera se ha desarrollado principalmente en el teatro, ¿lo dejaría por el cine?
-Casi todo mi trabajo ha sido en teatro. A pesar de que he disfrutado enormemente de todos mis trabajos cinematográficos, actuar en vivo es algo especial y el teatro sigue siendo mi medio favorito. He tenido el privilegio de trabajar en producciones muy importantes como Master Harold and the boys, de Athol Fugard y también en producciones contemporáneas como Busted Jesus Comix, de David Johnston.

-¿Cómo lo eligieron para encarnar a Bobby?
-El proceso de cásting fue bastante corto. Las pruebas para Bedfellows se llevaban a cabo en un estudio en el que daba clases de manera periódica. El director me llamó para hacer la prueba y me lo pasé muy bien. Finalmente se decicieron por Bret Shuford, que interpreta a Jonathan, y por mí. Estoy profundamente agradecido por haber participado en un proyecto que retrata una relación gay de una manera tan positiva y realista.

-¿Cuál es la historia de su personaje?
-Bobby es un personaje muy interesante. Pierre, el director, fue muy concreto al dar sus instrucciones de que el personaje debía estar muy triste al comienzo del film. Hablamos mucho de que Bobby no debía sonreír, que estaba perdido. Había perdido su fe en el amor y la película muestra su viaje de regreso y cómo se da cuenta, no sólo de que es capaz de encontrar el amor junto al hombre adecuado sino que, además, merece ser feliz.

-¿Cómo definiría brevemente esta experiencia de rodaje?
-Rodar Bedfellows ha sido una de las experiencias más divertidas de mi carrera. Bret y yo nos lo pasamos muy bien en el rodaje, lo cual resulta un alivio ya que, estábamos juntos en todas las escenas de la película, literalmente (risas). El director me dijo, posteriormente, que nos eligió porque captó la química instantánea que se estableció entre nosotros. Nos pasamos el rodaje riéndonos, aunque también hubo momentos duros.

-Posteriormente participó en 'The Tailor', en la que encarnó a un cura, ¿le gusta explorar interpretativamente a través de los diferentes personajes?
-Siempre digo que espero llegar a tener la oportunidad, algún día, de rechazar papeles (risas). Soy muy abierto a la hora de aceptar y leer los guiones. Me parece muy divertido encarnar a un personaje cuya actitud consideras reprobable para averiguar por qué actua así y darle vida. The tailor fue muy distinto a Bedfellows y, tras haber terminado la ronda promocional, estoy en paro y buscando mi próximo trabajo.

-¿Cómo ha sido su experiencia en Eivissa?
-La Isla y el festival han sido maravillosos. Primero me perdí en Dalt Vila y llegué 15 minutos tarde a la presentación. Aparte de eso, ver tu trabajo en un festival transoceánico es una experiencia alucinante. El mundo interpretativo a veces es muy descorazonador así que, este tipo de experiencias me animan mucho. Ha sido algo muy especial que recordaré para siempre.