La pianista ibicenca aprovecha el parón lectivo para preparar su concierto del viernes.

La virtuosa ibicenca Martina Lenton comenzará el cuarto curso de la carrera de piano, el próximo septiembre, en el Conservatorio Superior de Música de Salamanca. Entre los 5 y los 18 se formó en la escuela de música Clave de Sol, que regentan sus padres en Vila. Antes de que dé comienzo la segunda mitad de su carrera, Lenton ofrecerá un recital, el próximo viernes a las 20,30 horas en el Palau de Congressos d'Eivissa, situado en Santa Eulària, donde interpretará las piezas con las que culminó su tercer curso en el centro formativo.

-¿Qué repertorio ha preparado para su próxima actuación en la Isla?
-Es mi programa de final de curso con el que me examiné en junio. Incluye una Tocata de Bach, una Sonata de Beethoven, dos Intermezzos de Brahms y una Sonata de Schumann.

-¿Cómo son los conciertos finales del centro donde se prepara?
-Los exámenes de instrumentos son en el auditorio del Conservatorio. El jurado está formado por todos los profesores de piano y está planteado como un concierto, pero sin aplausos. Sólo se le permite aplaudir al público al final de cada examen, para evitar distracciones, supongo. Una vez han tocado los alumnos de todos los cursos y de todos los instrumentos, los profesores se reúnen para deliberar, a modo de concurso, para calificar cada actuación.

-¿Cómo le fue?
-Bien, saqué un notable (risas).

-¡Enhorabuena!
-Estoy muy contenta, cada vez más. La relación con mi profesora de piano es fantástica. Eso es importante ya que damos una hora y media semanal con nuestros profesores, de manera individual. Es fundamental ya que tienes que trabajar con alguien que tiene que conocerte muy bien para sacar algo de ti. En Salamanca se potencia mucho la relación individual porque esto es algo que se hace una vez en la vida y quieren que lo aproveches al máximo.

-¿A medida que avanza en su carrera aumenta el nivel de auto-exigencia proporcionalmente?
-Cada año se reduce el número de asignaturas teóricas y aumentan las horas prácticas. Para que te hagas una idea, en cuarto, el recital de final de curso es una actuación de una hora y pico mientras que en primero era de 25 minutos. No quiero hacer ningún examen mediocre.

-Los músicos en general, los pianistas en particular, tienen fama de perfeccionistas, ¿es cierto?
-Soy muy perfeccionista en el piano. En el mundo de la música, para tener algún tipo de futuro profesional, hay que ser perfeccionista. Es un nivel en el que todo el mundo es muy bueno y hay que destacar. No puedes ni plantearte vivir de la música si no eres perfeccionista con el instrumento.

-¿Usted se lo plantea?
-Sí, supongo que sí. Vivir de dar conciertos no me atrae. Es algo que consiguen hacer 20 personas por generación a nivel mundial y no estoy en ese grupo ni quiero. Nunca me ha llamado lo de dar conciertos día sí día no, todo el año y hacer giras. Probablemente me dedique al acompañamiento vocal y a dar clases.

Hacer de cada concierto algo único
El Conservatorio Superior de Música de Salamanca es un centro de enseñanza en el que se potencia la cercanía entre alumnos y profesores. Cuenta con 300 alumnos en total, en todos los instrumentos y en todos los cursos. Allí es donde Martina Lenton se forma en busca de la excelencia.
«La perfección no significa saberte las cosas muy bien o de memoria porque no es eso», explica Lenton cuando se le pregunta por la maestría a la hora de interpetar una pieza y añade: «Tienes que tener la capacidad de hacer algo nuevo cada vez que tocas la misma obra».
A la ibicenca le gusta compararlo con aprenderse un poema larguísimo de memoria. «Cuando tienes que recitarlo de cabeza tienes que saberte las palabras», señala. «Pero hacer música o poesía no es una cuestión de palabras o de notas, tienes que poner algo más de ti y, cada vez que lo recitas, tienes que decir algo nuevo. Repetir el sentimiento que le pones anula completamente su valor. En la música pasa exactamente lo mismo».
La ibicenca confiesa que a nivel emocional es una carrera muy exigente. «Para mí la perfección es poder llegar al público en cada concierto», concluye.