Una imagen promocional de la actriz Blanca Marsillach durante la interpretación de 'Una noche Blanca con los clásicos'.

La actriz madrileña Blanca Marsillach presentará esta noche, a las 21,30 horas, en Can Ventosa la función Una noche Blanca con los clásicos, que su padre, Adolfo Marsillach, trajo a Eivissa en 1998 en la única visita de carácter profesional que hizo el actor en toda su carrera. Sin embargo, la relación de la familia Marsillach con las Balears siempre ha sido muy especial. Hoy, además, la actriz participará junto a Mónica Güiza en una función programada para escolares.

-¿Es la primera vez que actúa en la Isla?
-Sí, es la primera vez que vengo trabajando. La relación que mantuve con Eivissa era la que tiene mucha gente, marcha y rock 'n' roll.

-¿Sabía que la única vez que su padre actuó en Eivissa fue con este mismo montaje, en 1998?
-No, no lo sabía.

-Para el público que no acudió en esa ocasión, ¿cómo es el espectáculo que veremos esta noche?
-Es un espectáculo lleno de magia, como consecuencia de la selección de textos que hizo mi padre de autores del Siglo de Oro. Hay momentos para la sonrisa, la emoción, la melancolía, la sensualidad, la picardía... Hay algo muy emotivo que es ver al padre y a la hija, al actor y a la actriz, al hombre y a la mujer sobre un mismo escenario a través de los clásicos.

-La selección original de textos la hizo su padre, ¿cómo se han repartido los papeles en este montaje?
-Esa ha sido una decisión del director, Àngel Ojea. Ha sido hecha buscando el eje y la conexión entre los poemas, saltando las actrices que estaban en el vídeo y haciéndolo creíble, muy real, hasta el punto en que parece que él está en el escenario. Con las nuevas tecnologías nos hemos unido de tal manera que parece que estamos los dos en la misma dimensión.

-¿No tiene eso algo de catártico?
-Sí. La verdad es que hay momentos en los que me quedo totalmente sorprendida con lo que está ocurriendo porque, además, descubro muchas cosas de él como actor o como hombre. Me doy cuenta de las cosas que le hacían sufrir, las cosas que le hacían plantearse cosas, le seducían, como las mujeres. Su forma de decir el verso era muy suya, muy natural, muy Marsillach. Mi padre consiguió convertir a los clásicos en algo moderno, quitándoles toda esa trascendencia y de forma muy cotidiana.

-¿Qué le ha enseñado su padre a través de esta función?
-A escuchar, a enfatizar unas palabras más que otras y a decirlo de forma que mantienes las reglas del verso pero suena natural. La clave está en llevar el texto a tu terreno y divertirte.

-Actriz, presentadora, empresaria, no le gusta estar quieta...
-Poco (risas). Ahora actúo poco. Esto lo he hecho porque es un homenaje a mi padre y si no lo hiciera yo perdería la gracia. En las obras que hacemos, sobre todo de teatro social, yo ya no actúo y dejo paso a otras personas.

-¿Hasta cuándo de gira?
-Ahora vamos a Mallorca, a Maó, a Extremadura, a Trujillo... Pues para no actuar, actúo bastante (risas). Si yo lo que quiero es irme a mi casa y descansar, pero no me dejan.

-¿Qué proyectos tiene en el cajón para el futuro?
-Tenemos un espectáculo para todos los públicos sobre el cambio climático y tiene una animación y mucha música para explicar el calentamiento global. Se titula El toro y el banquero y es monísimo. Lo estrenaremos en breve en Sevilla en el Congreso Mundial de Medio Ambiente. Ahora este proyecto es la niña de nuestros ojos.

«Espero que los jóvenes aprecien esta iniciativa»
Además de la función nocturna, este mediodía ofrecerá una representación para alumnos de secundaria en la que ellos mismos interpretarán los textos de los autores a ritmo de rap. La actriz explica que esta fue una idea impulsada por la alcaldesa de Vila, Marienna Sánchez-Jáuregui. «Espero que los jóvenes aprecien este tipo de iniciativas que ha tenido el Consistorio para acercarles la literatura», señalaba ayer la actriz.