El artista José María Roiz de la Parra en su estudio.

«Mitad pintura, mitad escultura», así define el artista granadino afincado en Eivissa el trabajo que presentará a partir del sábado, día 29 a las 19 horas, en el Hostal Talamanca. Esta colección de obras, formada por más de una veintena de piezas recientes, permanecerá allí durante aproximadamente un mes.
Hace unos 20 años, Roiz de la Parra inició una trayectoria artística que continúa actualmente y que explora en la arquitectura tradicional ibicenca. «A mí la Isla me gusta y me emociona, así que comencé a investigar y trabajar en las casas payesas», explicaba ayer el artista. Su trabajo continuó su evolución natural y, en los últimos tres o cuatro años, el pintor ha incorporado elementos del terreno a sus creaciones. Así, abundan en los cuadros las tonalidades rojizas. «La tierra, cuando es fértil y de buena calidad, tiene este rojo», aseguraba mientras mostraba uno de los cuadros que forman parte de la exposición. En él, el pintor ha recreado una alacena que ha incrustado sobre una base de hierro y en la que ha insertado una raíz, a modo de escultura.
Así, el artista combina en su obra: tierra, arquitectura y reciclaje. Estos tres elementos se repiten de forma más o menos exacta en toda su obra, en la que hay cabida tanto para grandes como para pequeños formatos. «Trato de combinar estos tres elementos en armonía», señala el artista que no renuncia a añadir cierto volumen de crítica a la política urbanística de los últimos años en la Isla. «Pese a que Eivissa está algo deteriorada sigue siendo muy bella, pero debemos cuidarla», subraya Roiz de Parra.
Materia
Con el fin de otorgar a cada pieza un aspecto que se asemeje lo máximo posible a las paredes de las casas ibicencas, el artista utiliza diferentes técnicas. «Uso una base de madera y le aplico varias capas de pintura acrílica mezclada con varios aceites y papel», explica el artista que se esfuerza por poner en valor el aspecto orgánico de todas las piezas. En su obra se hace patente un bucle creativo que se inicia con pinturas figurativas y que, progresivamente, evolucionan hacia el abstracto.
«Recuerdo una exposición que hice en Madrid y uno de los asistentes, que nunca había estado en Eivissa, identificó la Isla en mis obras, así que, de alguna manera creo que captó la esencia y la voluntad creativa con la que hago cada cuadro, algo que me llenó de ilusión», aseguraba ayer el pintor, cuya obra puede consultarse pinchando aquí.