Varias de las obras de Carloandrés López del Rey, ayer, antes de ser colgadas. | DANIEL ESPINOSA

La titular de Cultura del Consell d'Eivissa, Pepita Costa, se encargó ayer de presentar la exposición que mañana, a las 20 horas, se inaugura en s'Alamera. Junto a ella, el pintor Carloandrés López del Rey y el comisario de la exposición retrospectiva La llum d'Eivissa. Obres de 1946 a 2011, Carloandrés López Seguí, hijo del pintor nacido en Sada (La Coruña) y afincado en Eivissa desde hace 53 años. Artista y profesor de arte, fue director durante muchos años de la Escola d'Arts i Oficis.
Ambos ofrecieron un exhaustivo recorrido por las 65 obras que conforman esta muestra, aportando detalles no sólo artísticos sino técnicos y personales sobre cada una de las obras. La mayoría de ellas han sido pintadas en diferentes puntos de Eivissa. También se incluyen cuadros pintados al natural en lugares como La Pobla de Segur (Lleida), Jaca (Aragón), Morelles (Valencia) o Castro Urdiales (Cantabria).
Su obra, que ha pasado por diferentes periodos, va desde unos inicios con una clara influencia ‘Cézanniana' a un regreso a la figuración en su última etapa, se caracteriza por un estudiado uso de las formas, los volúmenes y el magistral uso de las sombras y la luz.
Ya se trate de retratos humanos, de paisajes rurales o urbanos, o de bodegones, sus obras se caracterizan por otorgar un cuidado trato a la composición de los diferentes elementos, que transmiten las texturas casi hasta parecer tangibles y que constituyen un magnífico documento histórico que retratan una isla que ha desaparecido bajo los nuevos edificios.
Obra culmen
Tanto el pintor como su hijo hablan con orgullo del retrato de Isidor Macabich, quien luce en el retrato sus vestiduras de prelado doméstico del Papa y que constituye una pieza fundamental de su obra. Su reproducción ha sido utilizada en el cartel de esta muestra.