Es cierto que no tienen miles de fans en las redes sociales y que su música o sus conciertos no han sido aún ‘trending topic' en Twitter. Sin embargo, la escuadra de Xacoters de sa Torre de Puig d'en Valls puede presumir de que su música, las caramelles, ha permanecido con vida, al margen de modas efímeras, durante varios siglos y que estos días pueden permitirse dar varios conciertos en un día, algo a lo que jamás accederían muchas estrellas del rock. «No son villancicos, como mucha gente cree, sino un reflejo del Evangelio, de la llegada de Jesús», explica Vicent Bufí Torres, natural de Puig d'en Valls, el cantador más veterano de la escuadra. Él mismo fue el encargado de transmitir todos sus conocimientos sobre este cántico religioso, que data aproximadamente del siglo XIV, a todos los miembros que en los últimos años han ido pasando por esta formación. En la actualidad, él es el cantador sustituto y su relevo lo ha tomado Francisco Javier Bonet Bufí. Durante estos días, y hasta que finalicen las Navidades, numerosas parroquias de toda la Isla acogerán un recital de este género musical. Hace un mes, comenzaron a prepararse para esta nueva ‘gira anual'. La escuadra la completan Francisco Bufí Guasch y el joven sonador Vicent Cardona Boned.
Elogios
La caramella está compuesta por siete goigs o elogios a la figura de la Virgen María. Posteriormente se añadieron lo que hoy se conoce como los goigs. Un último cambio de ritmo suele constituir la parte final de sus actuaciones con una pieza que se llama S'oferiment. Lo que diferencia estas tres partes son los cambios de ritmo y, mientras que las dos primeras partes se cantan con lo que se conoce como redoblat, la última es un tema principalmente glosat. La diferencia entre estas dos tipologías de canto radica no sólo en el mensaje optimista del glosat sino también en la forma, ya que el redoblat se realiza mediante un gorgoteo de la garganta por parte del cantador. Este último es el canto típico que corre el riesgo de desaparecer. «Muchos dicen que esta melodía se hace con el ritmo de la llarga. Sin embargo, no tiene nada que ver, el ritmo de la caramellera y el del ball pagès no son iguales», subraya Bufí Torres.
Pese a que no son investigadores, su conocimiento se basa en testimonios vivos de generaciones anteriores que tuvieron contacto con Vicent Bufí Torres, que canta caramelles desde hace 40 años.
La caramella tiene cinco toques, cinco sílabas y, sin variar el contenido, la escuadra Es Xacoters de sa Torre trata de que su interpretación sea lo más clara posible con el fin de que el público capte lo mejor posible el contenido de cada canción. «Hoy en día, ya que se proporciona la letra impresa a los asistentes a la misa es importante que el público tenga conocimiento de lo que está viendo», asegura el cantador. Este cántico quedó registrado en un cd que grabó el Consell d'Eivissa.
Vicent Bufí Torres sostiene que este cántico gozaría de mayor popularidad si se interpretara en un entorno laico, como ocurría con otro tipo de caramelles, de contenido jocoso, que ya han desaparecido.
Contentos por la acogida que tienen sus conciertos, a los que siempre acude un buen número de feligreses, aseguran que es este entusiasmo que perciben el que les anima a seguir y a ir de un pueblo a otro. «Somos conscientes de que las tradiciones han cambiado y ahora, el día de Nochebuena, la gente presta más atención a la cena con la familia que a ir a escuchar ‘caramelles', confiesa Bufí Torres.

Apuesta por la conservación
«Vale la pena luchar por la conservación de estos cantos porque no tienen parangón en el resto del continente. Es uno de los cánticos más antiguos, cuyo origen, según varios musicólogos, es desconocido», apunta Vicent Bufí Torres, que hace especial hincapié en que, desde su escuadra, apuestan por mantener las caramelles lo más fieles posibles a su versión original. «Si no hubieran trabajado las autoridades por su conservación se hubieran perdido», comentan todos sobre la categoría de Bien de Interés Cultural que se ha otorgado a este cántico.