Enric Servera y Natàlia Centelles muestran en un trabajo a cuatro manos la historia de las ‘sabates nàufragues’. | Guillermo Romaní

Un menorquín cazador de imágenes recorrió el litoral de su isla y encontró y retrató el paradigma de los zapatos, eran independientes, sin pareja, sin amo y sin trabajo. Y a la periodista y filóloga catalana a quien le mostró las imágenes poco tiempo le faltó para inventarse historias del origen y la procedencia, las circunstancias de su olvido en tierra o en mar. Enric Servera y Natàlia Centelles muestran en un trabajo a cuatro manos la historia de las ‘sabates nàufragues', un proceso de reflexión y minuciosa observación de los ejemplares encontrados que permitieron bellas imágenes y pequeños poemas en la que todas las hipótesis, desde las formuladas a las que quedan en el aire son posibles sobre el por qué de un zapato ahí y en ese momento.

Origen
Como se señala en la presentación del catálogo «todo puede tener una buena foto y todo puede tener una ingeniosa historia. Sólo hace falta tener una cierta mirada, curiosidad e imaginación». Y así los autores señalan que un día paseaban junto al mar y encontraron zapatos degradaos por el sol, la sal y la humedad. En un rincón, debajo de maderos, entre algas que les llevó a pensar por qué hay tantas en el litoral.
Este es el comienzo de una historia que nunca acaba porque los zapatos estuvieron ahí como lo atestiguan las imágenes, perduran en las fotografías aunque posteriormente fueron ecológicamente reciclados, pero a diario y de forma mimética otros les sustituyen, quizás no son las mismas historias, pero podrían serlas. Por el momento mejor dejarse llevar por la imagen y el ingenio.
Desde ayer y hasta el sábado 17 de marzo, la exposición ‘Sabates nàufragues' estará en la Sala d'Exposicions de l'Ajuntament Vell de Formentera todas las mañanas, excepto domingos, de 11 a 14 horas en una muestra que organiza la conselleria de Cultura de Formentera con la colaboración de la Fundación Baleària.