Armin Heinemann, en una imagen de archivo, durante un ensayo.

El diseñador, arquitecto y escenógrafo alemán Armin Heinemann se encuentra estos días inmerso en la fase de preproducción de la que será su próxima ópera en Eivissa, el sexto montaje de este género que prepara en la Isla. Para esta ocasión ha elegido junto a Stuart Rudnick que se representará Tosca, de Giacomo Puccini, una de las tres grandes obras del compositor italiano junto a La Bohème, que este tándem creativo estrenó en el Palau de Congressos en 2009 y Madame Butterfly. La cita para este próximo montaje será los días 10, 12, 14 y 16 de septiembre. «Tosca es casi como una película por su dramatismo y su fuerza», asegura el director.

-¿Ya han dado los primeros pasos para arrancar este montaje?
-En este momento ya hemos decidido que haremos Tosca. Hemos buscado cantantes y músicos para formar una orquesta. Cuando todo esto esté cerrado podré centrarme en los detalles de la puesta en escena, que he empezado a esbozar a grandes rasgos. Ya tengo la maqueta de la escenografía hecha. Yo ya estoy en pleno trabajo.

-Todo un ejemplo de previsión...
-No puedo dedicarle menos tiempo ya que montar Tosca, o cualquier otra ópera puedes hacerlo de dos maneras: coges un libreto y lo copias o le das otro punto de vista más creativo. Yo intento darle un punto de vista actual y que tiene que ver con el público para que sea de interés para ellos. Eso no puede hacerse rápido porque siempre se trata de tener una idea, desarrollarla y trabajar las ideas concretas del vestuario, de la escenografía, de los movimientos. Después hay que ver si esos detalles funcionan o no. Una vez está todo claro comienzo con los ensayos y también empiezo bastante pronto. Los primeros ensayos suelo comenzarlos en julio para tener tiempo de ver cómo reaccionan los cantantes y qué aspecto tiene la idea. Preparar una ópera siempre es un proceso muy largo ya que los artistas trabajan con agendas a muy largo plazo. Tardo unos nueve meses, es como un parto (risas).


-¿En qué se diferencia ‘Tosca' de ‘La Bohème', también de Puccini, en el que trabajó en 2009?
-La Bohème era mucho más romántica. El reto de Tosca es la orquesta, que tiene un gran protagonista. No es la orquesta clásica de Mozart, por ejemplo, sino que hay toda clase de instrumentos extraordinarios como arpas, campanas o percusión y esto se debe a que Puccini trabaja con los sentimientos del espectador a través del sonido. En esta ocasión, creo que necesitaré por lo menos 37 músicos.

-¿Es necesario reivindicar musicalmente el siglo XIX?
-El hecho de que este año se cumpla el bicentenario de la Constitución de Cádiz, ‘La Pepa', también fue uno de los puntos a la hora de elegir Tosca. En la ópera se refleja el mismo ambiente en Roma, en 1800, que el que se vivía en España en el que el antiguo régimen y el nuevo pugnaban por establecerse. Tosca es un ejemplo del abuso de poder y nos enseña el aspecto más salvaje del ser humano. Tosca es una persona que quiere jugar con su poder femenino para imponer sus intenciones mientras que Cavaradossi, el pintor, es un revolucionario que tiene una visión bonita de la vida. Me pareció muy interesante que esta ópera refleje una situación parecida ya que no hay una pieza que refleje esta etapa en España.

El papel de Tosca ya tiene dueña
«Todavía estoy buscando gente que represente los papeles pequeños y medianos y voy a hacer una búsqueda en Eivissa», aseguraba Armin Heinemann esta semana.
Para los tres papeles principales, el alemán se ha desplazado a Barcelona, donde ya ha cerrado sus contratos. Así, el papel de Tosca, uno de los más codiciados de este género ya tiene dueña. La afortunada será la soprano Maribel Ortega. «Su tesitura es de soprano dramática», explica el director, que define el color de su voz como «más grande y más fuerte que una soprano lírica como las que requieren las óperas de Mozart».
Tras este proyecto, Maribel Ortega participará en Tourandot, otra ópera de Puccini que se representará en la Ópera de Oviedo en octubre.