Unos operarios trabajan en la zona para documentar los hallazgos antes de que continúe la construcción del edificio proyectado allí. | (c) Sergio G. Canizares

El examen de los restos hallados en la avenida Ignasi Wallis de Vila y aireados como consecuencia de la demolición de un edificio de viviendas ha permitido comprobar la existencia de tres sustratos de importancia pertenecientes a las eras romana, musulmana y medieval, según informó ayer la conselleria de Patrimoni del Consell d’Eivissa, que ha coordinado en las últimos semanas las excavaciones arqueológicas preventivas.

El yacimiento ha aparecido en el solar del número 9 de la avenida como consecuencia de las obras de un nuevo edificio de locales comerciales, oficinas y viviendas promovido por la empresa Todo Fun S. L., que también se ha hecho cargo a través de la empresa Anticuarium S. L. de la excavación.

El sector excavado se encuentra fuera del área arqueológica BIC del Puig des Molins (delimitación de 1987) y también fuera de la delimitación del conjunto histórico de la ciudad de Eivissa de 1969, pero que se encuentra incluido en lo amplía zona de cautela arqueológica delimitada a raíz de la modificación del PGOU de Eivissa el pasado 2009.

El conocimiento previo de la antigua línea de costa de la bahía de Eivissa indica que el terreno se encontraba antiguamente mucho cerca de su lado de suroeste. Los datos técnicos de la excavación, que concluirá en pocos días, han permitido distinguir básicamente un triple secuencia.

Área funeraria

Según el informe hecho público, la más antigua se halla, directamente, sobre el sustrato geológico natural, corresponde a un «conjunto de ámbitos construidos con muros de piedra y pavimentos, que puede pertenecer a una extensión urbana o periurbana de principios del Bajo Imperio romano (siglo III de la Era Cristiana)». No se descarta que el suyo se prolongara hasta la antigüedad tardía. Por encima de estos restos, sigue el informe, ha sido localizada «un área funeraria con doce tumbas individuales en fosa simple excavada en el sustrato natural y también cruzando las unidades estratigráficas, previamente abandonadas, de la fase antigua». Básicamente, están orientadas Este-Oeste y comportan «una sola inhumación con decúbito lateral derecho y cráneo en el Oeste, sin ningún tipo de ajuar funerario». «Son, por lo tanto, entierros según el ritos musulmán, tratándose de una parte de necrópolis medieval. De hecho, este sector funerario, que evidentemente era más amplio, pudo ser por primera vez identificado y parcialmente excavado hace algunos años al principio de la avenida de España, a raíz de la construcción de un sistema de evacuación de pluviales». Con eso, se conocen por ahora diferentes sectores de necrópolis medievales andalusíes, entre las cuales la del baluarte de Sant Joan, la, tal vez significativamente, conocida a finales de la baja edad media, como «cementerio de los sarracenos» y otro sector en la vertiente Norte del Puig d’es Molins.

La tercera fase está definida por la presencia de diversas fosas para el entierro de desperdicios domésticos, también de época medieval islámica y medieval cristiana, que aportan interesantes materiales cerámicos de estas épocas.

A pesar del indudable interés científico de estos documentos arqueológicos, a nivel patrimonial se trata de restos muy estropeados, aparte de que la mayoría son extraídos en el transcurso de las excavaciones. Sin embargo el depto. de Patrimoni solicitó previamente que los sistemas de cimentación sobre micropilotaje del nuevo edificio fueran adaptados al mínimo impacto posible.