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El escritor y periodista catalán David Ventura presenta hoy en la Librería Hipérbole de Eivissa su primera novela: Algu parla de mi. Una obra irreverente, llena de humor y espontaneidad que ha enganchado a todo aquel que la ha leído.

—¿Qué es Algú parla de mí?

—La culminación de un sueño. Llegar a publicarlo ha sido muy complicado. La empecé a escribir en 2004 cuando vivía en Barcelona pero de 2005 a 2006 no escribí ni una línea porque llegué a Eivissa y no tuve tiempo. Luego tras terminarla a principios de 2008 durante años la he mandado a innumerables editoriales y premios, como el Premi Ciutat d’Eivissa, donde me lo tiraron en la primera votación. Y cuando ya me consideraba un exescritor sin futuro, en las navidades pasadas me encontré con un antiguo amigo de Barcelona que conocía a alguien en la editorial Ara Llibre y, mira por donde, después de 4 años aquí estamos.

—Dicen que es una novela de humor con la que puedes llorar, ¿cómo se congenia eso?

—(Risas). Bueno esta es una frase que puso la editorial pero no es mía. Es una obra dónde pasan cosas deprimentes pero desde una perspectiva humorística. Yo soy de los que piensa que cuando quieres decir algo siempre tienes que hacerlo con sentido del humor.

—El protagonista tiene unos 30 años, ¿es autobiográfico?

—(Risas) No, porque mi protagonista no puede ser peor persona. Es un ser miserable pero que parece que engancha desde el principio.

—Entonces, ¿en qué se basó?

—Intento inspirarme en toda la gente que me rodea. Soy de los que voy con la antena puesta porque me gusta lo que sucede a mi alrededor y no creo que haya nadie que sea vulgar. Esto, tal vez, me viene de mi trabajo de periodista en el que lo que más me gustaba era entrevistar a alguien anónimo y sin cargos.

—Periodista y escritor, ¿en qué faceta se encuentra más cómodo?

—El periodismo me sirve para ganarme la vida y me he divertido mucho en el tiempo que lo he podido ejercer, aunque tal y como está el oficio actualmente me da bastante asco. Nos hemos vuelto serviles con el poder y yo el primero, porque en el fondo lo que queremos es que no se enfaden con nosotros y no nos dejen sin temas. Creo que la culpa la tenemos nosotros mismos por no habernos sabido ganar el respeto.

—Entonces, ¿usted cree que se puede vivir de la narrativa?

—Imposible. Yo me llevo un diez por ciento de lo que se venda mi libro en catálogo y esto es lo normal. Se gana dinero si consigues vender tus derechos para hacer una película o participando en conferencias y mesas redondas.

—¿Y cómo ve que le consideren uno de los jóvenes referentes en la literatura en catalán?

—(Risas). Muy fuerte. Eso no soy yo quien lo tiene que decir. Han de ser los lectores los que deciden si eres de los suyos o no, y por supuesto la crítica porque una buena reseña en un suplemento cultural puede hacer que mi novela sea el libro del año o hundirlo en la miseria.

—¿Y después de Algú parla de mi?

—Rezar para que la editorial siga confiando en mi para publicar mis libros, porque tengo otra cosa a punto de terminar y que espero que vea la luz el año que viene. Habla del paro, y hasta aquí puedo leer.