El pintor catalán realizó su obra en el Espai Micus durante la tarde de ayer.

Pocas veces se tiene la oportunidad de penetrar en ese espacio en el que los artistas tejen su concepción del mundo. Durante la calurosa tarde de ayer, en el Espai Micus, este periódico pudo acompañar al pintor Frederic Amat durante parte del proceso de creación de una de las piezas de la exposición que esta tarde se inaugurará a partir de las siete.

Se trata de una pieza ubicada en la pared curva situada en la parte baja de las salas que componen el Espai Micus y en la que el artista ha jugado con los contrastes que ofrece el blanco de la cal de las paredes ibicencas y las siluetas casi a contraluz que generan los objetos situados frente a ellas, pero también reflejando la sombra conceptual de uno de los personajes de la película surrealista Un chien andalou, de Luis Buñuel.

Los ojos

La obra también sigue explorando el particular universo creativo de Amat, en el que unos ojos parecen interrogar al espectador sobre quién es en realidad el verdadero objeto observado.