La banda se mostró en plena forma sobre el escenario, apoyada por un efectivo juego de luces e imágenes. | la skimal

Luces apagadas, algún foco sobre el público y Sergio Leone en los altavoces. Parecía que en cualquier momento Clint Eastwood haría acto de presencia en el hotel Ibiza Rocks de Sant Antoni, pero quienes emergieron de las sombras fueron los integrantes del grupo New Order, dispuestos a saldar una deuda histórica ofreciendo su primer concierto en Eivissa.

Las notas de Leone se transformaron en Elegia, introducción instrumental que dio paso inmediatamente a Crystal y Regret. La banda demostraba estar en plena forma y lo corroboró acto seguido, con un eléctrica y enérgica interpretación de Ceremony que arrancó las primeras ovaciones del público. El sonido derivaba con potencia hacia las guitarras, ofreciendo un giro casi rockero a la música de los de Manchester.

La potencia inicial se vería frenada en la parte central del concierto, cuando encadenaron Age of Consent, Isolation (el primer homenaje a Joy Division, el grupo del que surgió New Order) y Here to Stay.

Pero se guardaban un as en la manga. New Order grabó en Eivissa la base de lo que sería su álbum Technique, así que Bernard Sumner recordó aquellos tiempos para interpretar uno de los temas de aquel disco, no sin antes advertir que no lo tenían muy ensayado. Las notas de Round & Round permitieron viajar en el tiempo, a aquel segundo verano del amor de finales de los ochenta, cuando el llamado Balearic Beat inundaba el mundo.

Bizarre Love Triangle, uno de sus éxitos más celebrados, precedió a 586, tema que dio paso a la recta final del estreno del grupo en Eivissa. Una larga y a veces hipnótica versión de Perfect Kiss se enlazó con True Faith, cuya introducción fue levantando progresivamente al público, dispuesto a entregarse con el castillo de fuegos artificiales musicales que supusieron los primero compases de la conocidísima Blue Monday, el público no podía parar de saltar en un concierto que remontaba el vuelo en sus momentos finales. Las guitarras volvieron a levantar el vuelo en el sentido más eléctrico del término con Temptation, un colofón de lujo para un concierto de campanillas.

Joy Division

Y para redondearlo, Sumner, Stephen Morris y Gillian Gilbert (miembros originales del grupo) junto con los más recientes Phil Cunningham y Tom Chapman, echaron la vista atrás en los bises para homenajear a Ian Curtis, el líder de aquel gran grupo que fue Joy Division, con Transmission y Love Will Tear Us Apart, todo un himno cuyo estribillo el público pareció corear con el alma.

Previamente a la actuación de New Order, Ibiza Rocks ofreció nuevamente uno de esos pequeños conciertos que siempre vale la pena ver. En esta ocasión los teloneros fueron The Whip, un trío también de Manchester, que repetían presencia en Sant Antoni y que no desentonaron en absoluto en una noche que resultó redonda.