Imagen de la parte posterior del retablo, con las sujeciones a la pared, uno de los elementos que deberán sustituirse según las recomendaciones del informe.

El proceso será largo y costoso, pero el retablo de Jesús dispone al fin de una hoja de ruta a través de la que podrá acometerse su restauración y posterior programa de conservación gracias al informe remitido por Juan Antonio Herráez, especialista de conservación preventiva del Área de investigación y formación de la Dirección General de Bellas Artes, al Consell d’Eivissa. Herráez visitó el retablo, considerado como una de las joyas del patrimonio artístico pitiuso, el día 29 del pasado mes de mayo, tras solicitarse la misma por parte de la Conselleria de Cultura a finales del mes de marzo.

Del informe entregado por Herráez se desprende que los principales daños que presenta el retablo (como la presencia de microorganismos o del deterioro de la madera y las policromías) se deben a las condiciones ambientales existentes en la iglesia de Jesús que lo alberga, pero también, aunque en un grado menor, a la incidencia de la luz en el mismo. El documento, que ya está siendo estudiado por el Consell, indica igualmente que el actual sistema de soporte de esta pieza artístico-religiosa no es el adecuado, lo cual hace que todo su peso descanse de un modo que no le beneficia.

Como es habitual en la Isla, la humedad viene subrayada como uno de los elementos más perjudiciales para el retablo. No es que el dato fuera desconocido, pero el estudio de Herráez apunta a diversos factores y sugiere las posibles soluciones.

En primer lugar, el informe insta a localizar e identificar todas las posibles filtraciones en el entorno del retablo, tanto las existentes como aquellas que hayan podido afectar a la estructura de la pared en el pasado. Una vez hecho esto, la solución pasaría por el revoque de las paredes, eliminando las partes de obra hechas con cemento y cubiertas con pintura plástica para regresar a los orígenes, es decir, al mortero de cal y a encalar las paredes para que tengan una mejor respiración.

«Esta es la parte más costosa y de más volumen de las recomendaciones que señala el informe», apunta la consellera de Cultura, Pepita Costa. De hecho, la titular de Cultura afirma que ya hay un arqutiteco que ha iniciado la tarea de estudiar las paredes de la iglesia de cara a presupuestar esa obra.

Pero la humedad existente tiene también que ver con una serie de intervenciones en la iglesia que la han convertido en un espacio casi estanco. Según el informe, la ventilación es deficiente, por lo que menciona la necesidad de ventilar el edificio regularmente excepto cuando las condiciones atmosféricas sean adversas y, sobre todo, después de acoger eventos religiosos con mucha asistencia. En el aspecto de la ventilación, Herráez menciona la posibilidad de abrir una salida de aire en la zona del coro que ya existía y se cerró y de ubicar, según indicaciones de un arquitecto, un sistema de ventilación mecánico.