El LADAT estrenó nuevas instalaciones en el Parc Bit en la pasada legislatura. | Teresa Ayuga

El Laboratorio de Animación y Tecnologías Audiovisuales (LADAT) de la UIB alcanza este 2013 el cuarto de siglo con sabor agridulce. La trayectoria y el reconocimiento internacional del centro, impulsado estos últimos años por el éxito del corto Ella, contrasta con la débil situación económica que atraviesa desde mediados de 2011 por la falta de ayudas institucionales.

El LADAT, que dirige Juan Montes de Oca, intenta resistir con apenas una tercera parte de su presupuesto, nutrido este curso sólo por las matrículas de alumnos y un convenio con una empresa que les reporta 32.000 euros anuales. El Govern, que no hace tanto les felicitaba públicamente por la nominación al Goya, lleva un año dando la callada por respuesta al grito de 'auxilio'. El laboratorio depende de la Universitat, pero «siempre se ha autofinanciado», explica Montes de Oca, el único profesor del centro a quien paga directamente la UIB. El resto del equipo, que hoy está cobrando la nómina de noviembre, es contratado por el centro. «No hay estudios afines en la Universitat a lo que hacemos por lo que no se crean plazas», aclara.

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