El poeta durante un recital en Eivissa, isla en la que vivió muchos años y a la que regresa todos los veranos. | ANA ISABEL GARRIDO SANCHEZ

Tres años de escritura del poeta, escritor, periodista y traductor leonés Antonio Colinas (La Bañeza, 1946) se recogen en Canciones para una música silente (Siruela), libro que acaba de llegar a las librerías. Un nuevo reto para el autor, mayor si cabe en esta ocasión, en la medida en que llega tras la publicación de su Obra poética completa en 2011.

Un libro amplio que se aleja del tono monocorde, con ocho secciones en las que tienen cabida poemas extensos, herméticos o líricos y que en las tres partes finales encierra la novedad: «Una poesía muy sintética, más depurada, que propiamente alude más a ese sustantivo de canciones y que recoge el sentir y el pensar de una manera muy entrañable y directa», explica Colina. Es la voz presente del poeta que este verano tampoco faltará a su cita con la isla en la que tanto ha escrito (vivió en ella veinte años) y que le ha inspirado libros como Rafael Alberti en Eivissa o Ibiza, la nave de piedra.

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