La velada de hoy se presenta como una propuesta intimista. Sobre el escenario, Valor estará acompañado de Borja Tenalba.

Andreu Valor nació en Cocentaina, comarca de Alicante, pero nunca hasta ahora había realizado el trayecto marítimo entre su tierra y las Pitiüses. Ayer a mediodía desembarcó en Formentera, con su tercer disco, Malgrat la pluja, bajo el brazo y otras muchas canciones esperando encontrarse con el público de la islas. Después del concierto de anoche en Sant Ferran, hoy el cantautor estará en el espacio cultural Es Polvorí, en Dalt Vila. La cita es a partir de las 20,30 horas, la entrada es gratuita y quienes acudan disfrutarán de una «propuesta intimista». Sobre el escenario, Andreu Valor y Borja Tenalba, guitarrista que actualmente acompaña a Mª del Mar Bonet y que ha participado en las últimas giras de Lluís Llach.

—¿Qué se encontrarán aquellas personas que hoy acudan a escuchar a Andreu Valor?
—Canciones comprometidas con la cultura, con la lengua y, sobre todo, con una causa reflexiva de la sociedad en la que estamos viviendo, con una precariedad que nos preocupa, la de los colectivos más desfavorecidos. También hay canciones que hablan del amor y de las cosas bonitas, pero sí hay un aspecto importante de preocupación, de tratar que la gente no se sienta sola.

—Tal vez se sienta satisfecho si al salir del concierto la gente tiene ganas de ayudar a quien tiene al lado, o de darle simplemente un abrazo.
—Créeme que en los prólogos, porque me gusta hablar entre canción y canción, intentamos crear ese aspecto de sentimiento colectivo, donde colectivizar las cosas va a hacer que todo sea más llevadero. Apostar por un abrazo y por un momento tranquilo, que además de lo reflexivo sirva para conseguir un momento feliz.

—Su tercer disco, Malgrat la pluja, que llega tras En les nostres mans y A l’ombra de l’obscuritat, vio la luz en octubre de 2013. ¿Qué recorrido ha tenido hasta ahora?
—Habitualmente las propuestas llegan de esos lugares donde la lengua es más comprendida, pero por ejemplo tuvimos la oportunidad de presentarlo en Galicia. Siempre decimos que nuestro objetivo es darle normalidad y me encantaría tocar en cualquier sitio, solo queremos compartir la visión de la lengua en la que soñamos, intentando no siempre estar con el tema de la defensa de la lengua porque al final se acaba intentando criticar otra. Esperamos que la gente valore el contenido y no siempre la forma en que se presenta. Soy valenciano parlante y esta es la forma más natural para expresarme.

—Cuando habla de este disco cita siempre a Eduardo ‘Tata’ Bates, el guitarrista que le ha acompañado desde su primer disco.
—Justo al mes siguiente de presentar el disco, Eduardo decidió volver con su gente a Argentina, también porque se cansó de pelear contra un sistema que no da un respiro a la cultura. Por eso decidimos hacer un disco de despedida en el que aportar esa convivencia de ocho años que nos ha hecho crecer como personas y como músicos.
—En sus conciertos se escuchan también los versos de Vicent A. Estellés, considerado uno de los principales renovadores de la poesía contemporánea en catalán.
—Sí, últimamente estamos intentando musicar algunos de sus poemas. No salen en los discos, pero hoy seguro que se podrán escuchar.