Obras de Agostino Iacurci pintando la obra sobre una grúa. g Fotos: DANI MANAU

Tras cuatro ediciones, Bloop Festival de Sant Antoni se está afianzando como una sólida propuesta cultural que atrae anualmente, según sus organizadores, a unas 85.000 personas en el conjunto de actividades de su extenso programa.

Además, la repercusión del certamen atraviesa fronteras gracias en parte al eco mediático que ha suscitado en algunas ediciones internacionales de Vogue y Marie Claire o en medios especializados en arte contemporáneo como D’Ars o Juxtapoz, pero también debido al poder de las redes sociales.

De hecho, sus organizadores valoran tanto las visitas que reciben en el Far de Ses Coves Blanques –que oscilan entre las 250 y las 3.200 diarias- como la presencia en la red de las obras expuestas, llegando a contabilizar el número de personas que fotografían los numerosos murales artísticos que decoran algunas fachadas de Sant Antoni.

«Cada minuto unas siete personas fotografían el mural de Phlegm en la rotonda de Es Verro, lo que genera en la red una serie de impactos positivos de Sant Antoni», explica Matteo Amadio, impulsor del festival.

Amadio afirma orgulloso que el certamen «empieza a llamar la atención tras cuatro años de intenso trabajo». Reconoce que incluso han recibido ofertas para trasladarlo a Sudamérica, aunque aclara que «no nos lo planteamos, no tenemos la fuerza necesaria para llevarlo allá, por lo que seguiremos nuestro proyecto de galería de arte al aire libre en Sant Antoni mientras nos sigan apoyando».

Y es que, a pesar de su éxito de crítica y público, este festival no nació para ser un negocio rentable: «Nuestra filosofía es ofrecer arte contemporáneo de manera gratuita, por lo que dependemos del Ayuntamiento –que les otorga una subvención de 8.000 euros- y algunos empresarios locales que colaboran con nosotros», explica Amadio.

Además, reseña –sin presumir de ello- que una gran dedicación durante todo el año, también aporta los rendimientos que obtiene de otras actividades para mantener este proyecto.

Otra razón que esgrime este milanés para no abandonar Eivissa es su amor por la isla. La visitó por primera vez hace ocho años y decidió instalarse hace cinco. «Bloop Festival está aquí porque es la única isla que tiene una actitud metropolitana», sostiene Amadio, quien valora la tranquilidad y la calidad de vida «suprema» de los meses de invierno, pero a quien también entusiasma «la explosión de magia que del verano».

Sin embargo, también crítica «la Eivissa aparente, hipócrita, la de la gente que te mira por encima del hombro porque tiene más que tú». De ahí, en parte, el tema elegido para la edición de este año del certamen: ‘El Mejor’, como crítica a la arrogancia de los poderosos. «Se habla mucho de borrachos en las calles, pero no se dice nada cuando un señor rico de 80 años perjudica a la naturaleza con sus yates y se toma copas con una chica de veinte», sentencia.

El IV Bloop Festival abrió sus puertas el 20 de julio y finalizará el próximo 24 de agosto, con una fiesta inicialmente programada en Sa Punta des Molí pero que se ha trasladado al Far de Ses Coves Blanques.