Mahyub y Ozman son dos de los cuatro niños saharauis que este año han venido a pasar el verano a Ibiza y Formentera acompañados por las familias que se han sumado a la iniciativa ‘Vacances en Pau’, de la que participa l’Associació d’Amics del Poble Saharaui d’Eivissa.

A los dos niños les encanta jugar al fútbol, el deporte estrella en el Sáhara Occidental, e incluso han aprendido a nadar muy rápido en la piscina, pese a su escasa experiencia en el agua. Valeria y Gustavo son un matrimonio afincado en Ibiza desde hace 17 años. Este año hay un nuevo miembro en la familia de dos hijos que ya tiene Gustavo. Han podido organizarse durante julio y agosto gracias a la baja por maternidad de Valeria: “En mi caso, he querido aprovechar la baja maternal para poder vivir esta experiencia, de otro modo no sería posible. Es muy difícil poder compaginar, ya que hay que estar disponible al 100%”. La familia nunca había oído hablar de este proyecto y es que la ONG, fundada en 1994, ha estado inactiva hasta hace un par de años, cuando volvió a retomar su actividad en las Pitiusas. Fue a través de la Cadena SER que lograron contactar con José María Costa, director de la asociación en Ibiza. «Pensábamos que los requisitos serían complicados, pero nos sorprendimos de la facilidad con la que se realizan los trámites y de que las exigencias para las familias no son tan duras como lo puede ser una adopción”, agradecía Valeria.

Rabab está pasando el verano en Formentera. La familia de acogida está compuesta por Claudia, Pepe y su hija, Claudia junior. Es la primera vez que asisten a esta iniciativa y la idea les llegó a través de una amiga que ya había acogido a niños saharauis durante varias temporadas, por lo que conocían de cerca la experiencia. “Claudia siempre nos había pedido una hermanita y al no ser posible, le propusimos acoger a una niña saharaui”, explicaba el padre. Rabab se ha adaptado enseguida a la vida en Formentera. “Le gusta la playa, a los pocos días ya se bañaba en el mar sin miedo...pero sobre todo, es una entusiasta de la bicicleta. Va todo el día con ella y tenemos que vigilar que no se vaya muy lejos”.

Además de aquellas actividades lúdicas, las familias de acogida deben atender a una serie de compromisos, como hacer una visita al Consell o acudir a su revisión general en Can Misses, donde los dos niños fueron derivados al oftalmólogo y a traumatología, además de cumplir con las citas al dentista.

El diputado del Partido Popular, Miquel Jerez, se lamenta de la baja participación en las acogidas, pero confía en que la mejora de la situación incentive el aumento de acogidas a partir de ahora. Miquel ha convivido durante un tiempo con el pueblo saharaui y colabora con la causa. Raisa es su niña de acogida este año y espera poder repetir con ella los años sucesivos. La familia se siente feliz por su rápida adaptación y por todo lo que la experiencia les está aportando: “Mis hijos están aprendiendo valores como el de compartir...es una experiencia vital muy enriquecedora no solo para las familias sino para los niños. El pueblo saharaui es tan agradecido que nos confían a sus hijos. Y eso, es un regalo».

Para Gustavo hay un aspecto también importante sobre lo que la experiencia le está aportando: “Aprendemos sobre los prejuicios de Occidente hacia los refugiados. Ozman y Mahyub aman y echan de menos su hogar, es su vida. También hay valores que nuestra sociedad va perdiendo, como el hecho de rezar”, se lamenta Gustavo.

LA NOTA

Necesidades a cubrir más importantes y urgentes

Por lo general, nos niños llegan con problemas dentales y de anemia debido a las deficientes infraestructuras médicas en los campos y al consumo de agua insalubre. A su llegada, cuentan además con una planificación de los alimentos que necesitan, para mitigar la carencia de algunos nutrientes. Los campamentos de refugiados dependen de la cooperación y la situación se ha visto agravada estos años por la aparición de nuevas crisis humanitarias, como los desplazados por el conflicto Sirio o de Oriente Próximo, lo que ha hecho disminuir de forma drástica las ayudas al Sáhara Occidental.

LA NOTA

27 de Febrero,Tindouf

27 de Febrero es el nombre de asentamiento de refugiados que desde hace tres generaciones ocupa una parte de la región de Tindouf, en Argelia. Tanto Costa como Jerez cuentan que es muy habitual que los niños saharauis atribuyan su origen al pueblo de donde sus padres o antepasados se vieron forzados a huir por la ocupación de Marruecos y no al nombre del campo de refugiados donde nacieron. Este hecho se da forma
generalizada para que las futuras generaciones no olviden de donde provienen y para mantener la esperanza
de que algún día volverán. España es el principal donante y ha recortado sus fondos en un 70% en los últimos
años, lo que ha tenido un severo impacto en las condiciones de vida de la población saharaui, que tras 40
años y una cifra de unos 200.000 desplazados en la actualidad, sigue a la espera de un acuerdo para su autodeterminación. Para más información: página oficial de l’Associació d’Amics del Poble Saharauí de les Illes
Balears ( saharaillesbalears.com ).