La actriz británico-estadounidense Olivia de Havilland en su inolvidable papel de Melania Harris en la película ‘Lo que el viento se llevó’.

La actriz británico-estadounidense Olivia de Havilland falleció ayer a los 104 años de edad en París, donde residía de forma discreta desde los años sesenta del pasado siglo.
En la actualidad era la última superviviente del reparto de Lo que el viento se llevó y también la última representante del cine clásico de Hollywood tras la muerte de Kirk Douglas a los 103 años el pasado febrero.

Nacida en Tokio el 1 de julio de 1916 ganó dos Oscar de la Academia a Mejor actriz protagonista por las películas La vida íncima de Julia Norris y La Heredera, pero fue mundialmente recordada y reconocida por su papel de Melania Hamilton, la rival de Sacarlett O’Hara en el corazón de Leslie Howard en la multipremiada película de 1939 Lo que el viento se llevó. Además, se alzó con dos Premios del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York, el Premio National Board of Review a la Mejor Actriz, y la Copa Volpi del Festival de Cine de Venecia.

De Havilland era hija de un abogado británico residente en Japón y la también actriz británica Lilian Fontaine. Además, su hermana, Joan Fontaine, fallecida en 2013 fue también actriz aunque estuvieron enemistadas buena parte de su vida.
Siendo adolescente, De Havilland se mudó con su familia a Estados Unidos donde fue descubierta en una representación teatral por un cazatalentos a los 18 años. Ahí pasó a formar parte de la plantilla de la prestigiosa productora Warner Bros., quien la emparejó en la pantalla con el galán Errol Flynn y juntos protagonizaron siete películas, entre ellas la inolvidable Robin de los Bosques rodada en el año 1938.
Un año después pasó a la historia por su papel en Lo que el viento se llevó por la que fue nominada a los Premios Oscar. Además, participó en otros títulos icónicos de la historia del cine clásico y en el momento de mayor esplendor, en la década de los cuarenta, De Havilland se alzó con dos premios Oscar, el primero en 1946 por La vida íntima de Julia Norris y tres años después por su papel en La heredera.
Además, fue conocida por su papel reivindicativo en la industria cinematográfica de la época llegando a poner en jaque a los grandes estudios de Hollywood, al llevar a juicio a la productora Warner Bros en su empeño en luchar por el derecho de los actores a negociar mejores contratos en sus películas.
Vida discreta en París
Se casó en en 1955 con uno de los reporteros de la conocida revista Paris Match, Pierre Galante, con quien tuvo a su hija Gisèle, también periodista en la revista parisina. La pareja se separó en 1962 y en 1965 ella se convirtió en la primera mujer que presidía el prestigioso Festival de cine de Cannes. No se divorciaron hasta 1979 aunque siguieron siendo muy cercanos hasta la muerte del periodista en 1998, a los 88 años.
Tras varias décadas de éxito, desde que fijara su residencia en París en 1960 la actriz llevaba una vida apartada de los focos, apareciendo esporádicamente en obras teatrales y series de televisión como Norte y Sur, de 1986.
Hasta el día de su muerte siguió viviendo en un lujoso piso de la calle Benouville, en el elegante distrito XVI de París. Por ello, en 2010, el entonces presidente francés, Nicolas Sarkozy, le otorgó la legión de honor.