Dani Curreu compagina su pasión por el deporte con la arquitectura y diseño de interiores. | DE

Desde bien pequeño, Dani Curreu estuvo interesado en el mundo de la arquitectura, ya que su padre es arquitecto técnico y aparejador: “Él me introdujo los valores de esta profesión y realmente fue con 17 años cuando realmente se me despertó la curiosidad de crear y proyectar espacios únicos. A partir de entonces tuve claro que sería el camino a seguir”, explica este joven ibicenco, quien después de trabajar varios años en un estudio de ingeniería y arquitectura se lanzó en el año 2008 a fundar su propio estudio: Arq.disseny.studio. “Lo creé con la ilusión de realizar proyectos técnicos de diseño de interior y arquitectura en general”, precisa Curreu.

EQUIPO HUMANO. En la actualidad, su socio y él cuentan con un equipo humano de siete personas de los que tres son arquitectos, un ingeniero de edifición, dos diseñadores/arquitecto de interiores y uno delineante. “Dependiendo de la envergadura del proyecto aparecen colaboradores externos que se unen al equipo. Todos los inicios son difíciles ya que conlleva muchos gastos, pero con dedicación, muchas ganas de trabajar e ilusión todo sale adelante. Hoy por hoy estoy muy orgulloso del trabajo y el esfuerzo que hemos hecho hasta el momento”, señala este diseñador y arquitecto de interiores, que también proyecta y ejecuta viviendas bajo la supervisión de sus arquitectos. Curreu, además, es deportista y se dedica al mundo de las motos. “La verdad es que es complicado compaginar la vida de deportista con la arquitectura ya que ambas actividades me ocupan mucho tiempo. Antes pasaba más horas encima de la moto entre campeonatos, entrenamientos y viajes porque competía en dos modalidades diferentes (Supersport 600 y Motocross), pero ahora la verdad que el despacho me ocupa casi todas las horas del día y he tenido que disminuir las horas de entreno y las asistencias a campeonatos. En la actualidad, según explica, únicamente compite en la modalidad de Motocross.

Su trabajo como diseñador y arquitecto de interiores se centra principalmente en viviendas de uso privado (particulares), aunque también ha hecho proyectos de locales comerciales. “Cada proyecto que ejecuto es para mí muy importante, sea cual sea el encargo, ya que mi máxima finalidad es el que el cliente esté orgulloso y contento con lo que he hecho. La verdad es que tengo varios proyectos de los que estoy muy contento con el resultado, desde la rehabilitación de una casa payesa totalmente en ruinas, la proyección de una escultura de hierro oxidado con un patio interior, la ejecución de varias tiendas de ropa para una marca mundialmente conocida y hasta dejarme carta blanca para una vivienda unifamiliar aislada y su diseño”.

DEFINICIÓN. Para este joven ibicenco, la definición de arquitectura tradicional ibicenca es “refugios de piedra, cal y madera”. “Para mí es una de las mejores arquitecturas bioclimáticas que existen en el mundo ya que nuestros antepasados supieron crear una arquitectura espectacular con materiales de lugar integrándose en las necesidades de las familias y del entorno en el que se encontraban”, explica Curreu, quien asegura que la mitad de sus clientes son españoles y la otra mitad extranjero.

Precisamente, entre los clientes extranjeros este tipo de construcciones típicas ibicencas están muy bien valoradas: “Cada día es más complicado adquirir una casa tradicional ibicenca, es decir, payesa, ya que se han revalorizado con creces. Antiguamente nadie les daba el valor que tenían y fueron de hecho los propios extranjeros quienes supieron ver su valor, sobre todo alemanes, franceses y belgas”.

LA CLAVE. Una de las claves del éxito de Dani Curreu es la fusión del estilo tradicional ibicenco con elementos más modernos: “En muchos de los proyectos que diseño de nueva planta intento fusionar el estilo tradicional ibicenco de la época con materiales actuales, más modernos, dando más claridad y luz natural al interior de la vivienda. Así creamos espacios más diáfanos, sin perder la esencia y el estilo tradicional ibicenco de piedra, cal y madera y usando un mobiliario que contrasta con la arquitectura”. Para Curreu, la inspiración para su trabajo llega cuando navega por aguas pitiusas, cuando viaja “o cuando conozco lugares especiales; todos aquellos momentos en que dejas llevar tu imaginación son buenos para crear; realmente pienso que para diseñar y proyectar es muy importante sentirte feliz interiormente y con la gente que te rodea; el amor también es un factor importante. Soy muy impulsivo y cuando tengo una idea o viene la inspiración sobre algún proytecto voy corriendo al despacho a plasmarlo o si no es posible desplazarme tomo notas”. Por el momento, Dani Curreu centra su trabajo en Eivissa, pero recuerda que su estudio “está abierto a todo el mundo y si aparece algún encargo de Mallorca, Menorca o Formentera sería todo un placer”.

Entre sus metas a medio y largo plazo se encuentran seguir “trabajando como hasta ahora, aprendiendo cada día y mejorando para seguir ofreciendo lo mejor de mí. Además, tengo varios proyectos en mente”.