El proyecto incluye un párking subterráneo que tendrá muros que se formarán con piedra reciclada y que dejarán pasar el aire.

La construcción del Parador de Eivissa arrancó en el año 2009 y el hallazgo de unos importantes restos arqueológicos provocó que las obras se pararan en en 2011. En concreto, se hallaron unos restos de muros de época fenicia, la estructura de un templo romano y restos de casa de época púnica. Por esta razón, se tuvo que hacer un modificado del proyecto para cumplir con las directrices de la Comisión Insular de Ordenación de Territorio, Urbanismo y Patrimonio Histórico (CIOTHUPA) del Consell d’Eivissa y del ayuntamiento de la ciudad, que establecían que los hallazgos se debían incluir y proteger.

EL PROYECTO. A principios de septiembre del año pasado, el Instituto de Turismo de España (Turespaña) convocó un concurso de ideas para concluir las obras (hasta 2011 se había ejecutado el 60%). El concurso de ideas, por tanto, es para rehabilitar el Castillo y la Almudaina, que son las partes que faltan para dar vida al completo al Parador. El jurado encargado de escoger el proyecto vencedor estuvo formado por el Ajuntament d’Eivissa, el Consell, Turespaña y los colegios de arquitectos de Balears y Madrid.

En este concurso, al que se podían presentar arquitectos no solo del ámbito nacional sino también europeo, se valoraba un 90% la propuesta y un 10% la oferta económica de honorarios. Finalmente, el pasado 24 de febrero este variado jurado decidió que el proyecto ganador es ‘De piedra seca’ de los arquitectos Ramón Andrada, Ignacio Lliso y Julián Manzano-Monis. Estos profesionales tienen siete meses para redactar el proyecto definitivo y, una vez presentado, se iniciará el proceso de adjudicación de las obras para hacer por fin realidad este proyecto.

‘De piedra seca’ tiene una marcada dimensión pública, que es muy importante para estos tres arquitectos. Andrada, Lliso y Manzano-Monis están muy ilusionados con el reto que se les presenta: “Las intervenciones arquitectónicas en edificios históricos para dotarlos de nuevos usos y, por tanto, darles una nueva vida es un tema de interés general. A lo largo de nuestra dilatada carrera profesional hemos tenido la oportunidad de llevar a cabo distintas intervenciones de este tipo con espléndidos resultados. Entendemos que nuestra experiencia podrá permitirnos una aproximación realista y a la vez comprometida con la resolución de los problemas sin renunciar a la calidad arquitectónica, la conservación del patrimonio y la dimensión humana y pública”, explican estos tres profesionales quienes tuvieron claro que era una oportunidad única dado que “por un lado implica la actuación en el monumento de la Almudaina y el Castillo y, por otro, es una oportunidad para solucionar el problema de accesibilidad de la parte alta de Dalt Vila”.

Precisamente, el proyecto incluye la creación de un aparcamiento subterráneo a pie de muralla con muros de bancales que actuarán como “fachada del aparcamiento, permitiendo que este respire a través”.

La piedra de estos muros será “reciclada” ya que se extraerá, según se desprende del proyecto, de la misma excavación de la obra. “Los bancales se fundirán de manera natural con el terreno. Se consigue una imagen de conjunto que no distorsiona en absoluto la visualización paisajística de la muralla y su entorno”, se explica en el proyecto inicial. “No olvidemos que estamos actuando en un entorno protegido y con un alto valor paisajístico. Nuestra actuación se elabora con la voluntad de máximo respeto a la muralla”, explican Lliso, Andrada y Manzano-Monis. Este aparcamiento será para turistas del Parador y también para residentes.

Además, el proyecto ‘De piedra seca’ reduce los cuatro ascensores que había previstos inicialmente a tres, dos para los clientes del establecimiento hotelero y uno de uso público que “desembarca en el centro de interpretación propuesto donde se inicia el itinerario museístico de las ruinas aparecidas en el Castillo, permitiendo además el acceso al Paseo de Ronda”.

A este primer punto importante del proyecto se suma otra intervención destacada, según explican los arquitectos, que es la que se hará en el patio de la Casa del Gobernador, donde se recuperarán elementos arquitectónicos concretos “y valiosos por sí mismos”, a lo que hay que añadir otro tercer punto destacado como es la museización de los restos arqueológicos que se complementarán a su vez con una dimensión “más pública, que aporte beneficios sobre la ciudad y sus habitantes”. En este sentido, proponen además la creación de párkings públicos y un parque a pie de muralla y la creación de un centro de interpretación. Este centro será el punto de encuentro y el inicio de un “circuito arqueológico, así como del recorrido turístico a través del casco antiguo, edificios de interés y el paseo de ronda”.

Además de facilitar el aparcamiento y el acceso a Dalt Vila para quienes no sean clientes del Parador, estos tres arquitectos creen que es conveniente crear una “línea de autobús urbano que comunique la estación marítima del puerto con el nuevo pinar del calvario, base del nuevo acceso al centro de interpretación y punto más elevado de Dalt Vila”. De esta manera se convertirá en el inicio del recorrido turístico descendente por el casco histórico de la ciudad amurallada. El proyecto mantiene un spa desde el que se podrán contemplar también los hallazgos arqueológicos.

Los arquitectos recuerdan que una de las condiciones del pliego del concurso era mantener “en lo posible los aspectos funcionales del proyecto inicial” ya que el 60% de las obras están ejecutadas.

PONER EN VALOR. El alcalde de Vila, Rafa Ruiz, destacó la importancia de esa dimensión pública que apuntan los arquitectos con el fin de que los ciudadanos de la ciudad también se sienta partícipes y no excluidos del Parador de Eivissa. “Valoramos de forma positiva que el proyecto contemple ese interés por el residente, además de la importancia turística que tendrá para la ciudad de Eivissa”, destacó Ruiz, quien apuntó que, una vez que esté todo acabado, “pondrá más en valor todavía a la ciudad de Eivissa ya que se tratará del primer Parador Nacional de Balears”.

En cuanto al concurso de ideas y el proyecto elegido, Rafa Ruiz destacó que había sido “exquisito”. El alcalde de Vila confía en que no haya más retrasos en la ejecución de los trabajos del Parador y espera que la incertidumbre política, así como la posibilidad de unas nuevas elecciones generales, no influyan en las obras: “Lo deseable sería que estuviera listo en esta legislatura”, concluyó el alcalde de la ciudad de Eivissa.