La renta básica universal es una asignación monetaria que se da a todo el mundo, explicamos su motivación y las barreras que tiene para su implantación.

Todos los ciudadanos, ricos y pobres, deben tener una asignación monetaria incondicional que garantice la existencia material y la dignidad. Así lo reivindica el colectivo Grup Renda Bàsica Illes Balears, que aglutina a simpatizantes de esta propuesta en línea con la Red Renta Básica a nivel estatal y la Red Global de Renta Básica. Esta iniciativa no es nueva, pero en los últimos dos años el debate se ha avivado en toda Europa. Economistas de la talla de Daniel Raventós o Santiago Niño Becerra defienden esta medida, e incluso Niño Becerra ha afirmado que estará implantada antes de 2026, que se impondrá en toda Europa y que es necesaria para mantener la paz social.

Se trata de un cambio radical en la manera de entender el estado del bienestar hacia una mayor redistribución de la riqueza. Las preguntas que vienen a continuación son lógicas: ¿Cómo se puede financiar y quién pagaría la fiesta? ¿Y qué consecuencias tendría ex post en el mercado laboral? Los defensores de esta medida consideran que es viable y necesaria, mientras que sus detractores consideran que es una utopía y una manera de incentivar la vaguería.

La renta básica universal se define como una asignación pública monetaria sin condiciones, individual, universal, suficiente y complementaria y compatible con el estado del bienestar. Es decir, la cobrarían todas las personas adultas sea cual sea su nivel de renta. Ricos y pobres. No es solo para las personas con pocos ingresos, sino para todo el mundo. Se considera que para que la renta universal sea suficiente tiene que ser equivalente al umbral de pobreza, que se define como el 60% de la renta mediana y que en España equivalía en 2017 a los 8.522 euros. Una cantidad un poco inferior al salario mínimo interprofesional de 2018 (10.302,6 euros).

Renta básica universal

¿Cuánto costaría aplicar la renta básica universal? No existe una respuesta simple a esta pregunta, ya que por el momento es solo una teoría. Un grupo de economistas liderado por Daniel Raventós ha hecho una aproximación teórica para demostrar que sí es viable. El dinero necesario saldría de una reforma del IRPF que sería más progresivo y del ahorro de prestaciones monetarias que se suprimirían con esta renta.

El ejemplo más sencillo es el siguiente: una persona que hoy cobra mil euros brutos, pagaría el 50% en IRPF. Le quedarían 500, que junto a 650 de renta básica sumarían una ganancia neta de 1.150 euros. El que hoy no gana nada, tendría una paga de 650 euros. Y un trabajador que gana hoy 10.000 al mes, pagaría el 50% en IRPF, que junto con la renta básica, sumarían 5.650 euros. En resumen, cobra todo el mundo pero los “pobres” ganan y los “ricos” pierden.

Las aproximaciones del modelo que se han hecho hasta el momento, por sus limitaciones, ofrecen una paga a todos los adultos y un 20% de esta cantidad a los menores de edad. Sin embargo, el modelo real tendría que ser un poco diferente: debería aplicarse, según explica Raventós, por hogar y no por persona, de manera que dos personas de la misma casa cuestan más, pero no el doble. Siguiendo la metodología de la OCDE, se asignaría al primer adulto del hogar el 100% de la renta, al resto de adultos el 50% y a los menores de edad el 20% o 30%.

MOTIVACIÓN. El Grup Renda Bàsica Illes Balears defiende esta medida porque ampara el derecho a la existencia material y garantiza la libertad individual -que no se da si no se asegura la existencia material-. Otros de los objetivos son erradicar la pobreza ex ante, ya que consideran que la riqueza no se redistribuye de manera suficiente entre la sociedad.
Asimismo, indican que las políticas de rentas o subsidios condicionados “han fracasado”. Consideran que la gestión actual es compleja, cara e ineficiente.

Ejemplifican la trampa de la pobreza: “Los requisitos para acceder a ayuda son tan duros que cuando reúnes las condiciones para recibirla ya no estás a tiempo, te habrías muerto de hambre”, reflexiona Tomeu Ferrer, miembro del colectivo, mientras pone sobre la mesa otro dato: la tasa de riesgo de pobreza es del 21,3% de la población de Balears. Es decir, más de una de cada cinco personas tiene unos ingresos por unidad de consumo son inferiores al 60% de la renta mediana -no media- disponible equivalente (después de transferencias sociales). En España es del 21,6%.

Otras desventajas de los subsidios actuales son la estigmatización de quien los recibe, cuantías insuficientes de ayuda para cubrir las necesidades de manera digna, la complejidad del sistema, incompatibilidad de unas ayudas con otras y que incluso se puede perder la tutela de los hijos.

Otro de los motivos que justifican la implantación de una renta básica es la robotización, que prevén que destruya muchos de los empleos que hoy dan de comer a las familias.

“La renta básica no es la panacea”, indica Rafael Borràs, quien también forma parte del grupo. Sin embargo, la considera parte de una política económica para acabar con la desigualdad.

EL COSTE DE LA MEDIDA. Baleas tiene una población total de 1.115.999 habitantes, de los que 910.628 son mayores de edad según el Ibestat. Aplicar la renta básica universal a los mayores de edad supondría un coste de 7.760 millones de euros anuales (21,26 millones de euros al día), más otros 350 millones del 20% a los menores de edad. El coste total bruto sería de 8.810 millones de euros. Esta cantidad es superior a todo el presupuesto de la comunidad autónoma balear, que será de 5.457 millones en 2019.

El mismo cálculo en España, con una población total de 46.698.569 habitantes -38.407.585 adultos- totaliza un coste de 341.440 millones de euros.

VIABILIDAD. Los partidarios de la implantación de una renta básica universal consideran que es viable económicamente. Eso sí, con una profunda reforma fiscal. La Red Renta Básica propone una reforma del Impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) con un tipo único de algo más del 49%. Con esta medida, indican, el 39% de población más rica pagaría más que ahora y el 61% pagaría menos. El dinero saldría de la reforma mencionada del IRPF, que aumentaría la recaudación, y del ahorro en prestaciones monetarias que se podrían suprimir, como las pensiones o las prestaciones por desempleo, entre otras.

Los economistas Jordi Arcarons, Antoni Domènech, Daniel Raventós y Lluís Torrens han elaborado un modelo econométrico que simula la financiación de la renta básica a partir de una muestra de casi dos millones de liquidaciones de IRPF del año 2010 para el conjunto de España, excluyendo Navarra y el País Vasco. Otorga una renta básica de 7.500 euros anuales a los mayores de 18 años y un 20% a los menores de edad. El resultado es un nuevo sistema fiscal mucho más progresivo que el actual.

Entre las consideraciones más importantes de su propuesta destaca que el modelo debe financiar lo que ya financia actualmente el IRPF, además de la renta básica. Sin embargo, esta asignación monetaria sustituye toda prestación monetaria de cantidad inferior -pensiones, prestaciones por desempleo, familia, vivienda, becas, reservistas, las ayudas a los reclusos, etc.- y se completa cuando la renta básica sea inferior a la prestación pública que recibe en la actualidad.

También se integra la base del ahorro en la base general, se eliminan factores correctores como los mínimos personales y familiares y la compensación entre rendimientos, se eliminan las reducciones de la base (planes de pensiones, gastos por rendimiento del trabajo, circunstancias personales, etc.) y de la cuota (vivienda, incentivos, etc.).

EL MODELO EN BALEARS. El economista Lluís Torrens replicó el modelo solo para Balears, partiendo de la base de que lo recaudado por IRPF en las Islas se quedara íntegramente en el Archipiélago. Siguiendo el criterio del umbral de pobreza en 2010, la renta básica sería de 7.325 euros anuales, que supone 610,40 euros al mes, y de 1.465 euros a los menores de edad al año. Es decir, un coste bruto de 6.806,1 millones de euros.

Si se elimina el gasto de las prestaciones que se dejarían de otorgar con la renta básica, se ahorrarían 2.008 millones de euros. Se aplicaría un tipo único del 51,81%, con el que el 69,52% de la población saldría ganando y el resto (30,48%), perdiendo.

El modelo es estático, no dinámico y, por tanto, no contempla cuánta gente dejaría de trabajar si tuviera una renta mínima garantizada, o si habría una bajada de sueldos generalizada en los tramos más altos de renta.

VIVIR DE GORRA. Una de las mayores objeciones a la renta básica, además de su dificultad de financiarla, es que incentivaría el no hacer nada y “vivir de gorra”. Desde el colectivo niegan la mayor porque consideran que con solo 8.000 euros anuales no se puede llevar el tren de vida de un ciudadano medio. “¿Cuestionamos cobrar sin trabajar, pero no trabajar sin cobrar?”, opina Ferrer.

Raventós va incluso más lejos. “Permite que mucha gente diga que no a un trabajo precario. Esto no es malo, es una ventaja”. También discute que se diga que la renta básica es una utopía: “Suprimir el esclavismo, el sufragio universal... también se consideraban utopías. Esto es una apuesta por la gente no rica. Diría que es más utópico lo que estamos viviendo”, afirma.

El Grup Renda Bàsica Illes Balears considera que la renta básica no haría bajar los salarios, sino todo lo contrario, permitiría decir ‘no’ a los trabajos indeseados. Asimismo, consideran que al no haber plena ocupación, no tendría por qué provocar inflación. También niegan que la renta básica vaya a incentivar la inmigración más que el resto de derechos fundamentales.

Indican, al contrario, que ayudaría a reducir la desigualdad de género porque aporta más autonomía y permitiría acabar con la injusticia social de los trabajos no remunerados como el cuidado de las personas dependientes, de los hijos o del hogar. Por el momento, ningún partido político en España defiende una renta básica universal. Daniel Raventós no espera que en el medio plazo se implante en España, pero considera que si un país decidiera implantarla podría causar un efecto dominó en todo el mundo en poco tiempo.

El Grup Renda Bàsica Illes Balears está formado como socios fundadores por Attac-Mallorca, Cap Endavant Balears, el Col·lectiu Alternatives, la Fundació Ateneu Pere Mascaró, la Fundació Emili Darder y la Plataforma Renda Bàsica Mallorca.