La exclusión de Balears de la lista verde británica y la entrada de toda España en zona de riego extremo ha vuelto a traer el pesimismo a nuestro sector.

Sin embargo sigue habiendo consenso entre los analistas en que la recuperación, a niveles prepandémicos, del tráfico aéreo tendrá lugar en 2024 aunque esta no será homogénea geográficamente, ni se beneficiarán de ella todas las compañías por igual.

Los dos mayores mercados turísticos del mundo, Estados Unidos y China, tienen ya un tráfico interno similar al de 2019. Sus principales compañías aéreas, a pesar del fuerte endeudamiento, pueden regresar pronto a una situación económica mas estable. Sin embargo, el largo radio internacional todavía no arranca.

Mientras tanto en Europa las compañías de bajo coste que llegaron a la pandemia sin números rojos se van a aprovechar de las dificultades de las tradicionales que dependen de los ingresos de largo radio y de las clases superiores para la totalidad de sus potenciales beneficios. Mientras las primeras se expanden, las segundas se contraen. Mientras Ryanair compra aviones agresivamente, IAG, Lufthansa y otras se deshacen de los menos eficientes. Algunas sobreviven gracias a las ayudas de los estados que son ahora también accionistas principales. Por supuesto todo eso se refleja en la bolsa.

En Europa, donde casi todo el tráfico es, por definición, internacional, con la excepción de España, ya tenemos la mitad de los movimientos que hace dos años en el corto radio, pero estamos muy por debajo en el largo radio. Se espera un rápido avance en el primero entre países con altos niveles de vacunación al relajarse las fronteras para los vacunados.
A pesar de los continuos sustos y de los mensajes de los gobiernos europeos a sus nacionales para que restrinjan sus viajes, los principales destinos turísticos, especialmente las Illes Balears ya tienen el motor en marcha y aunque al principio sea lentamente y con altibajos, se han puesto a funcionar, dependiendo, en gran medida, del turismo nacional.
La forma en la que la recuperación está empezando a tener lugar favorece, en términos relativos, a nuestros destinos, especialmente a los isleños y perjudica a los que dependen del largo radio internacional.

Es hora de que los responsable turísticos se centren en lo importante -nuestros mercados europeos de proximidad- y se olviden, de momento, de las “montañas lejanas” de donde no llegarán los clientes deseados.